Devis Licciardi, el atleta italiano 'cazado'.
El dopaje se ha convertido en la gran lacra del deporte en el Siglo XXI. En los últimos años, un importante número de atletas ha dado positivo por usar sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento.
Los controles para acabar con estas prácticas son cada vez más sofisticados, pero el tramposo siempre va por delante. A veces, como es este caso las maneras de burlar la ley llegan a rozar lo irrisorio. Uno de los últimos casos es rocambolesco; se podría titular 'la historia del pene falso'.
El atleta italiano Devis Licciardi ha saltado a la fama por ser el protagonista de uno de los casos más insólitos de la historia del dopaje mundial. El fondista transalpino fue 'cazado' en un control antidopaje utilizando un pene falso. El médico que debe supervisar este tipo de pruebas fue consciente de que el corredor trataba de engañarle, destapando la triquiñuela al instante. Tras obligarle a realizar correctamente el control, las pruebas determinaron el positivo del corredor. Estaba cantado...
El fondista utilizaba de manera habitual un pene falso con orina 'limpia' para encubrir un hipotético positivo en los controles antidopaje, consciente de consumir sustancias prohibidas para mejorar su físico. Licciardi escondía esta prótesis en la ropa interior para, y en el momento de proceder a realizar la prueba, daba el cambiazo. Sin embargo, tras disputar el campeonato nacional de Molfetta, su engaño fue descubierto.
Habitualmente, el corredor no había tenido problemas para llevar a cabo esta argucia, pues siempre había utilizado como excusa la necesidad de estar sólo para poder orinar. Pero su chollo se acabó. En el último control antidopaje, el médico se negó a abandonar la habitación, alegando que era su obligación estar presente durante la prueba. El galeno detectó que algo raro pasaba, hasta descubrir el engaño del atleta.
La Federación Italiana ha abierto una investigación sobre el atleta de 27 años, pues en el mundo del atletismo se sospechaba que Licciardi llevaba a cabo prácticas ilegales, sin saber muy bien cuál era el método por el que todavía no había sido descubierto. A sus 27 años, incluso, podría ser castigado de por vida, lo que supondría que se acabara su carrera deportiva de manera prematura. Eso sí, tras ser 'cazado' haciendo trampas.