una de dante panzeri
En los años previos al Mundial 78, tres militares
se presentaron en su casa, con el propósito de hacerlo callar. Dante los
hizo pasar a su escritorio y les ofreció café. Los tres permanecieron
parados durante la conversación, y ninguno lo bebió. Entonces, se tomó
el café de cada uno de ellos después del suyo mientras les explicaba que
no pensaba callarse, y les abrió la puerta. Dante murió temprano, meses
antes de que se realizara el mundial de ese año, al que denunciaba
porque consideraba que “nos estábamos robando a nosotros mismos”.
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