“DIME EN QUE POSICIÓN JUEGAS Y TE DIRÉ QUIEN ERES”
Todos sabemos, que en un equipo de fútbol, cada uno
se sitúa en una posición determinada y tiene una función específica. Sin
embargo, la tarea de cada uno de los jugadores debe ir en torno a un mismo objetivo
definido por el equipo.
Todas las actividades y entrenamientos, giran en
torno al rival al que se enfrentan, analizado a través del scouting. Y es que
dependiendo del estilo de juego y las características del oponente, el
entrenamiento irá dirigido a unas actividades concretas u otras.
Se
trata por tanto, de trabajar para mantener los puntos fuertes y reforzar los
débiles para conseguir el objetivo final.
Partiendo de esta base, el trabajo físico que debe
realizar un delantero no es el mismo que el de un defensa o un portero. Cada
posición requiere una preparación física específica para llevar a cabo su
función además de labores generales que ejecutan con el resto de sus
compañeros. Lo mismo ocurre con el trabajo psicológico, que es diferente dependiendo
de las exigencias del puesto en el que un jugador desempeña su labor.
La labor física es fácilmente observable durante los
entrenamientos y puede verse en los resultados durante el transcurso de un
partido. Pero la parcela psicológica es igualmente importante para la
realización adecuada de cada función de un futbolista y es complicado de
observar. El futbolista, se enfrenta a una gran responsabilidad en cada
partido, y es que cada encuentro que se disputa, está influenciado por muchas
variables.
Esto
es, que puedes entrenar para ejecutar determinadas acciones, ejercicios,
ensayos de jugadas, etc. pero a la hora del desarrollo de un partido, puedes
encontrarte con variables ambientales como por ejemplo, la presión de los
aficionados, determinados comentarios del público o que no esperabas el juego
del rival. Y por otra parte también con variables individuales, como puede ser
el caso en que un jugador salga poco motivado, no muestre suficiente atención a
su labor o simplemente esté bloqueado y esto a su vez involucre al grupo y le
afecte.
Es por eso, que considero importante
crear una armonía entre el trabajo físico y psicológico, tanto individual como
grupal con un grupo de jugadores, que
permita un trabajo integrado en el equipo. Pero esto debe lograrse a su vez,
trabajando con ellos de forma individual, para crear engranajes perfectos para
la fluidez del equipo.
Sabiendo
esto, se trataría de proporcionar un entrenamiento mental dependiendo de las
diferentes posiciones de juego, que proporcionará un mayor rendimiento al
equipo.
Como ya he mencionado anteriormente, cada una de las
diferentes posiciones en el terreno de juego, suponen exigencias particulares
que resulta necesario perfeccionar y entrenar.
La
cantidad de información a la que se ve expuesto un portero, un central o un
defensa, es diferente y el modo en el que por ejemplo, deben realizar cambios a
nivel atencional difiere del resto. Por lo tanto, también es distinta la
valoración de los riesgos que conlleva su posición y es que esto influirá en su
decisión final (consecución de movimientos).
El perfil mental de un futbolista,
debe unir las cualidades y habilidades mentales específicas de su posición con
sus tareas físicas (táctico-técnicas).
¿En
qué tareas debe centrarse el psicólogo deportivo?:
POSICIÓN
EN EL CAMPO
|
TRABAJO
PSICOLÓGICO
|
PORTERO
|
1.- Gestión del estrés ante posibles fallos.
2.- Liderazgo, controlar el estado de ánimo del grupo e influir sobre
ellos ya que el tiene mayor facilidad para observarlos.
3.- Inteligencia para dominar los espacios de la portería.
4.- Una buena gestión de la comunicación con el resto de jugadores.
5.- Gestionar una buena velocidad en la toma de decisiones de cara a
controlar los ataques del rival.
6.- Rapidez en el cambio del foco atencional ante los posibles errores
defensivos de su equipo o ataques imprevistos del rival.
|
CENTRALES |
1.- Alta capacidad para transmitir tranquilidad y contundencia.
2.- Gestión del estrés ante errores defensivos.
3.- Control emocional para evitar faltas innecesarias.
4.- Alto nivel de concentración y trabajar la
anticipación mental de las posibles jugadas del rival.
|
LATERALES |
1.- Alto nivel de atención en las jugadas de salida del balón para propiciar contra-ataques.
2.- Confianza y pro-actividad para aportar un mayor
nivel defensivo al equipo.
3.- Control emocional para evitar faltas innecesarias.
4.- Control del esfuerzo físico.
|
MEDIOS CENTROS |
1.- Capacidad para transmitir tranquilidad controlando el juego.
2.- Buena
habilidad comunicativa.
3.- Atención y buena concentración ante la posible salida del balón.
4.- Alto nivel de recuperación de la fatiga.
|
INTERIORES Y EXTREMOS |
1.- Capacidad de liderazgo ofensivo.
2.- Buena iniciativa tanto para defender como atacar.
3.- Comunicación con el árbitro.
4.- Activación y atención ante pérdidas de balón. Anticipación.
|
DELANTEROS
|
1.- Capacidad de liderazgo ofensivo.
2.- Acierto en ocasiones claras.
3.- Capacidad de rápida decisión y confianza ante
oportunidades de gol.
4.- Capacidad de atención, concentración y anticipación.
5.- Control del estrés ante los fallos.
|
Este trabajo, se llevará a cabo con el esfuerzo
integrado del equipo técnico del equipo y en especial con la labor del psicólogo/a
deportivo/a, a través de diferentes estrategias de trabajo, que dependerán del
equipo de futbolistas con el que se trabaje, las exigencias para el próximo
partido conociendo al rival y partiendo de la preparación que ya poseen los
jugadores.
Andrea Varela Antonete.
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