DIALOGO EXCLUSIVO CON RODOLFO D’ONOFRIO SOBRE LA ACTUALIDAD DE RIVER Y EL PRESENTE DEL FUTBOL ARGENTINO
“En la AFA hay una crisis de tal magnitud que se necesita refundarla”
El dirigente valoró los progresos económicos del club de Núñez, contó lo que cuesta incorporar y criticó las gestiones anteriores. Habló de la renovación en la casa madre del fútbol argentino, explicó su apoyo a la Súper Liga y pidió por la vuelta de Messi a la Selección.
Por Leonel Lenga
–Luego de un primer semestre alejado de los primeros planos, ¿cuáles son los objetivos de River para lo que viene?
–Para este semestre son la Copa Argentina, la Recopa Sudamericana en la que enfrentaremos a Independiente Santa Fe y, por supuesto, el campeonato que comienza en agosto. Los tres nos importan muchísimo por distintos motivos. El torneo local porque ganar en Argentina siempre nos interesa, la Copa Argentina te habilita a la Libertadores y la Recopa es otra copa internacional.
–¿Cuál es la situación económica del club?
–Es muy buena, con superávit, hoy tenemos resultados positivos. Ya el año pasado ganamos más de cien millones de pesos que para una Asociación Civil sin fines de lucro es muy importante porque te permite hacer obras, como las que se hicieron en la cancha y en el complejo deportivo. Además está el instituto que tiene 2.000 alumnos y la Universidad de River, que poca gente conoce. Es el único club del mundo que creó una universidad. Porque hay universidades que hicieron equipos de fútbol, pero nunca había pasado a la inversa. Y está acá. Le hemos hecho aulas nuevas. También hemos reformado todos los palcos de la tribuna San Martín y renovado los baños de socios. Una serie de obras que algunas ni se ven y tienen que ver con la infraestructura que encontramos de del sistema de cañerías y techos. Es decir, acá pasaba de todo, habían abandonado el club durante muchos años. No solamente en la última gestión. Con lo cual, creo que no sólo dimos resultados positivos sino que tenemos muchas cosas hechas que permiten que el club esté nuevamente encaminado, que es lo que nos da mucha alegría.
–¿Podría precisar a cuánto asciende el pasivo?
–El pasivo pronto lo vamos a tener porque en agosto se cierra el balance. Pero calculándolo debe ser fácil entre 500 y 600 millones de pesos al mes de enero. Ahora seguramente se debe haber incrementado producto de la inflación. Cuando uno habla de pasivo hay que tener en muy claro cuál es el activo. Que una empresa o un club puedan tener pasivo no es malo, en tanto y en cuanto el activo sea muy importante. Esto lo sé por toda mi experiencia empresaria. El pasivo que se tiene, fundamentalmente, es lo que se llama ingresos futuros. Por ahí tenés un contrato con Adidas hasta 2017 –en este caso lo supera– y esos ingresos ya están descontados porque los cobraste. Hay que poner ese balance dentro del pasivo. Pero no es un pasivo por el que River tenga obligaciones de salir urgente como nos encontramos al llegar. En ese momento había 220 millones de pesos en la calle, eran cheques canjeados con la AFA que tenían un costo financiero de más del 50 por ciento. Y teníamos 85 millones de pesos cobrados de Fútbol para Todos de los meses futuros de televisión. Se cobraba unos cinco millones de pesos al mes, con lo cual había un año y medio adelantado. Así que en ese tiempo no cobramos nada. Y en lo que hace a la deuda, de los 220 millones la bajamos a 80. Aparte de todas las obras y los jugadores que trajimos. Actualmente, socios que estén pagando tenemos 75 mil.
–¿Por qué grandes jugadores del club como Marcelo Barovero, Carlos Sánchez o Leonel Vangioni se fueron cuando finalizaron sus contratos y no a través de una transferencia?
–Es buena la pregunta, pero también digamos los que se fueron con valores enormes de venta. Si no queda incompleta. Empecemos por Sánchez. Es un contrato que venía desde antes que comenzáramos la gestión. De hecho cuando llegamos estaba a préstamo en México (en el Puebla). Gallardo cuando asumió dijo “quiero a Sánchez”. Y el jugador terminó siendo este futbolista que juega en el seleccionado uruguayo. Es decir, en nuestra gestión Sánchez pasó a ser un jugador muy importante, no lo era. Lo mismo pasó con (Rodrigo) Mora, que estaba prestado en un equipo chileno (Universidad de Chile) y volvió para ser importante en todas las copas que se ganaron. Durante un año intentamos renovarle el contrato a Sánchez, pero se fue dilatando por falta de acuerdos. Más que de valores porque nunca terminaba de firmarlo, hasta que faltando muy poco para su salida, en los últimos tres meses, Gallardo insistió para que se quedara. El propio técnico habló con él y acordó su continuidad. Es más, Gallardo me comentó que por determinado valor estaba dispuesto a quedarse. Le pedí que le dijera que sí, que en ese monto se arreglaba aunque era un esfuerzo muy grande. Pero convenía más cerrar con él que ir a buscar uno nuevo, porque sabía que éste era un jugador que había dado buenos resultados. Me vino a ver el jugador, acordamos la cifra, Gallardo se retiró para dejarnos hablar solos, nos dimos un abrazo y lloró delante mío de la emoción. Terminamos todos felices. Se fue a jugar con su seleccionado y cuando volvió su representante nos confirmó que había arreglado con un club mexicano (Monterrey). ¿Qué podía hacer? Estas cosas a veces pasan en el fútbol.
–¿Y con los otros dos integrantes del equipo campeón de América?
–Barovero es un caso aparte. Hace un año se acercó a la directiva para confirmar que al cabo de doce meses iba a dejar el club. Dijo que estaba muy bien, que el contrato que se le ofrecía era el doble que el que le prometían en el exterior, pero que era un tema personal. Que quería algo distinto a lo que vivía en Buenos Aires y poder pasar más tiempo con su familia. Jugó hasta el último día y luego se fue, porque evidentemente esa era su decisión. Lo hizo público y agradeció a la dirigencia. Fue un hasta pronto, no sé cuándo volverá. En el caso de Vangioni su padre es el representante. Su contrato también fue una herencia que recibimos y que había que renovar. Se fue demorando porque no había acuerdos y empezamos a vislumbrar que se podía ir porque Milan lo quería. El jugador puede hacer uso de la opción de salida seis meses antes de terminar y en enero confirmó que se iba. Entonces había dos caminos: se quedaba sin jugar hasta junio, tal como había dicho en su momento, o hacíamos un acuerdo en donde lo que tenía que cobrar de primas y premios dejaba de percibirlo. Que no quedaba para River sino para la Fundación River Plate, para que se pudiera usar para ayudar a los chiquitos de la villa 31. Ahí hacemos torneos para 800 chicos y tenemos más de 60 pibes becados para que estudien, que además cuentan con el apoyo de tutores porque nos interesa su formación. También estamos haciendo esto en La Cárcova con el padre Pepe. Vamos nosotros mismos a ayudar junto a los socios. Volviendo al tema, de alguna forma Vangioni ayudó a que muchos chicos pudieran tener una calidad de vida mejor durante un tiempo a través de los ingresos que no se llevó. Todo eso tuvo un valor para River, no se fue en cero.
–¿Este tema despertó ciertas críticas en las redes sociales?
–Para mi, las redes sociales no existen. Es una opinión. En River se manejan políticamente a través de ciertas personas que le dicen a otras qué poner. Me parece que no tienen validez. Hace un rato me entregaron una encuesta de Julio Aurelio, una encuestadora prestigiosa que trabaja en el club desde 2001. No la había pedido, pero me la trajeron porque es socio de River. Nos dio que el 90 por ciento de los socios cree que esta gestión es buena o muy buena. Todo ese microclima que se crea en las redes sociales, yo ya aprendí, no existe. Que me disculpen todos, pero creo en la opinión del socio cuando realmente es genuina y no cuando son señores comprados. La otra vez inventaron que (Marcelo) Gallardo había entrado a presidencia para renunciar y en realidad lo hizo porque venía a trabajar como todos los días. Se sentó con el presidente, con (Enzo) Francescoli que es el manager y con Matías Patanian (vicepresidente 2°), y analizamos los jugadores que podrían venir y los que no. Algo típico del trabajo diario.
–¿Por qué ejecutar la cláusula de rescisión de un jugador es “romper códigos”, según dijo el vicepresidente de Central, Ricardo Carloni, sobre la hipotética compra del lateral por derecha, Víctor Salazar?
–No estoy de acuerdo con las declaraciones de Carloni. Si el jugador quiere puede salir del club una vez que se pagó la clausula de rescisión. Está en todo su derecho. Es absolutamente legal. Cualquier opinión que quiera dar en otra dirección me parece que es la visión de un hincha y no de un dirigente. Todavía no sabemos cómo seguirá, pero iremos para adelante. Las negociaciones no las hemos cerrado. También hemos intentado comprarlo por una suma superior a la de su clausula y Central no ha querido. Así que veremos si lo compramos por el valor que hemos dicho o si ejercemos la clausula directo.
–Luciano Lollo ya se sumó a pesar de la lesión, lo de Enrique Bologna –libre de Gimnasia– se definió rápidamente e ¿intentaron en las últimas horas sumar a Iván Rossi de Banfield?
–Luciano Lollo mostró muchos deseos por llegar al club. Tiene una lesión temporaria que podría demandar dos meses. Bologna ya está definido si pasa la revisión médica y pronto viajará a Orlando para sumarse a la pretemporada con al equipo. Por Rossi y otros jugadores estamos negociando, pero el mercado está muy difícil en función de los valores que se están pidiendo. De todas formas River está tratando de cumplir con los pedidos de jugadores que Marcelo Gallardo ha hecho. Estamos buscando en varias posiciones, pero preferimos no decir cuáles son los jugadores. Hemos aprendido que manteniéndonos en reserva por ahí tenemos mejores resultado que si se publica. Entiendo la inquietud del periodismo y de los hinchas, pero paciencia que todo lo estamos haciendo para poder reforzar el equipo.
–¿Pero por qué cuesta tanto incorporar?
–Es muy difícil en el fútbol argentino comprar jugadores de equipos que van a competir con vos. Y la elección que ha hecho Marcelo Gallardo es de futbolistas de clubes que van a competir con River por ganar la Copa Argentina. Ninguno quiero reforzar al rival. Esto no pasa en el fútbol europeo. Cada uno tiene derecho a hacer lo que le corresponde. Y nosotros estamos eligiendo jugadores que son difíciles de traer en función de eso.
–¿Cómo observa la posibilidad de que Martín Demichelis vuelva al club?
–Está en Martín Demichelis decidir si quiere estar en River. Lo primero que tiene que hacer es llamar y decir “acá estoy”. En diciembre se pidió por él y tenía intención de venir, pero Manuel Pellegrini, técnico de Manchester City, le dijo que lo necesitaba y nos contestó que no podía. Ahora si realmente se queda en Argentina, si se siente con ganas de seguir, de venir a ponerse la camiseta con ganas de pelearla y hacer como si tuviera 20 años, tiene las puertas abiertas. Sin dudas. Ahora está con algunos pequeños problemas que tiene que solucionar y cuando lo haga supongo que se pondrá en contacto con el cuerpo técnico.
–Gabriel Mercado le había manifestado al entrenador que quería “cambiar de aires”. ¿Cuán avanzada está su salida?
–Gabriel Mercado hoy es jugador de River. Ya habló con el cuerpo técnico para ver la fecha en la que tenía que reincoporarse y está en plenas vacaciones después de haber disputado la Copa América Centenario. Pasados los próximos días volvería al primer equipo de River.
–¿La venta de Emanuel Mammana se hará finalmente?
–Sí, el pase de Mammana se hace en los valores que acordamos con la gente del Lyon. Son siete millones y medio más bonos de un millón y medio. Un total de nueve millones de euros.
–Teniendo en cuenta que últimamente no aparecieron grandes jugadores de las inferiores, exceptuando a Tomás Andrade y al mencionado Mammana, ¿qué balance hace del aporte de la cantera?
–No es un tema de las camadas, sino de un muy mal trabajo que se hizo en estos últimos años. No es casualidad, es causalidad. Por eso estamos haciendo un trabajo profundo de cambio que hará que una futura gestión saque provecho de una cantera que nuevamente cuenta con jugadores en cantidad. Hoy tenemos, pero no el número que había antes. Algunos ya se sumaron a la gira por Estados Unidos. No están para jugar ya, pero Gallardo los irá mechando para que se vayan incorporando al plantel de Primera División.
–A mediados de mayo aparecieron pintadas de la barrabrava en contra suyo en la escuela del club. ¿Cómo está la situación institucional?
–Lo tomo como algo lamentable. Pero muy aislado de la realidad de River. En ningún momento como presidente recibí ninguna amenaza. No conozco a ningún dirigente de River que haya sido amenazado, ni a ningún empleado o jugador. Que las barras existen, existen. Y hay que terminar con éstas definitivamente. Para eso necesitamos que el Gobierno Nacional tome la decisión de hacerlo. Ellos saben perfectamente dónde están, quiénes son y a qué se dedican. Porque por ahí vas a encontrar que hay muchos metidos en la política. Los clubes tenemos que acompañar esa decisión, no es al revés. El Estado tiene el poder de policía, el Poder Judicial, cuenta con todos los poderes, así que debe tomar la decisión de terminar con esto. Y te repito, en River se vive un clima excelente, todo lo contrario a lo que se vive en esa mínima proporción de Twitter.
–¿Sigue pensando que hay que poner una bomba en AFA?
–Lo dije hace un año para explicar que la AFA necesitaba un cambio muy grande, muy fuerte. Lo expresé en la Embajada Británica en una charla que no tenía nada que ver con fútbol sino que era de liderazgo. Los oyentes eran egresados de maestrías de universidades inglesas y también había algunos argentinos. Era un público académico, pero en determinado momento aparecieron las preguntas y surgió una de fútbol. Me consultaron qué había que hacer con la AFA. Y pensé que tenía que responder en veinte segundos lo que pensaba de todo eso. Entonces dije que había que poner una bomba y empezar todo de nuevo. Y no me equivoqué. No solamente no me equivoqué sino que tenía razón. Si en ese momento hubiéramos empezado un cambio profundo hoy la AFA no sufriría rebote de cheques por falta de capacidad sumado al procesamiento de autoridades de la institución. Hay una crisis de tal magnitud que se necesita refundarla. Eso es lo que yo quise decir con esa expresión.
–¿Pero por qué debió renunciar a la vicepresidencia primera? ¿No le hubiera gustado pelearla desde adentro?
–La pelee desde adentro todo el tiempo. Cuando llega un punto en el que le planteás a un Comité Ejecutivo que necesitás la reforma del estatuto para poder cambiar realmente, para hacer una liga nueva y un montón de cosas, y no te dan el quórum para hacerlo, quiere decir que no están de acuerdo con lo que planteás. Y si no les parecía, lo mejor que podíamos hacer era dar un paso al costado y dejar que otros se ocuparan. No hice nada más que eso. Le pasó lo mismo a (Daniel) Angelici (presidente de Boca) y a (Matías) Lammens (presidente de San Lorenzo). Renunciamos porque vimos que las mociones no tenían reconocimiento en el quórum. Porque no es que discutíamos y perdíamos, sino que no se alcanzaba el número suficiente para pedir una Asamblea y debatir. No tenía sentido quedarse en ese contexto y acatar lo que dijeran los otros.
–¿Qué beneficios podría traerle al fútbol local la creación de la Superliga?
–Muchos. Uno de los más importantes es que hoy los clubes están desesperados porque necesitan cobrar. Al no cobrar ellos tampoco lo hacen los empleados, los jugadores y se genera una serie de problemas graves. Lo insólito es que nosotros estamos tratando de cambiar esto para lograr una mejora para todos. Pero para River o Boca los ingresos de la televisión representan el cinco o seis por ciento, mientras que para otros equivale al 85 o 90 por ciento del presupuesto. Sin embargo, cuando planteamos mejorar los ingresos aparece la política, no la nacional sino la interna de AFA. Cuando decimos mejorar nos referimos a multiplicar los ingresos por dos y hasta tres veces. Lograr un equilibrio financiero y que aquellos clubes que no paguen a sus jugadores no puedan empezar el campeonato o comprar jugadores. Tiene que haber premios y castigos. No se puede seguir como hasta ahora. Esto que venimos haciendo caducó. Hay más de 70 ligas en el mundo, la italiana, la alemana, la inglesa, la española, la chilena, la peruana, la colombiana… Todos fueron para ahí, pero Argentina no. Tenemos un equipo (la Selección) con todos monstruos que juegan afuera salvo (Gabriel) Mercado, (Jonathan) Maidana y (Víctor) Cuesta. Sumado a que la AFA está en cesación de pagos. Es una ventaja modernizar, tener un productor nuevo y distinto al de hoy. Si no vamos a seguir viviendo campeonatos con chicos de 18, 19 y 20 años o de 32. Porque los otros se van afuera. Juegan en Europa, en México o en cualquier lado porque acá no hay capacidad de pago. Hoy tenemos un fútbol pobre.
–¿Y en lo deportivo estrictamente en qué se ganaría?
–Si logramos que los clubes tengan mayor capacidad económica vamos a poder retener jugadores. La temporada se jugará a lo largo del año. Los descensos serán deportivos, no a dedo. Hoy hay 30 equipos, pero de acuerdo a lo que está establecido en el estatuto de AFA descenderán cuatro y ascenderán dos durante los próximos cuatro años hasta llegar a 22. Una cifra lógica que permite hacer partidos de ida y vuelta.
–¿Cómo observa la realización de la Súper Liga después de la reunión del martes pasado?
–La Súper Liga se trata de una organización nueva, una estructura nueva y es lo que realmente esperamos que suceda. En la Asamblea Extraordinaria se pasó a un cuarto intermedio hasta el once de julio y ahí se decidirá si realmente se aprueba o no. Esperemos que sí. Tanto sea la liga como la posibilidad de que se repita el campeonato que venía haciendo la AFA el modelo será el mismo en cuanto la duración, de mayo hasta agosto, con 30 equipos y con los descensos como estaban pautados.
–¿Cuál de las dos opciones piensa que está más cerca para el siguiente campeonato?
–Me da la sensación que habría un consenso por parte de los asambleístas para aprobar la Superliga.
–¿Qué podría contar de la reunión que mantuvo junto a Daniel Angelici y Marcelo Tinelli con los dirigentes de la B Nacional?
–Los dirigentes de la B Nacional están preocupados por el tema económico. Nos contaban que tienen la necesidad de cobrar alrededor de dos millones de pesos por mes y apenas llegan al millón. Con un campeonato que, a mi manera de ver, es una locura porque tenés un equipo de Jujuy al que le toca enfrentarse a otro de Puerto Madryn. Y así con todos. Se la pasan viajando con un costo enorme. Hay que minimizar costos haciendo un torneo más ordenado, ellos mismos lo dicen. Fue muy buena la charla, duró más de tres horas. Nos enriquecimos escuchándonos. No es cuestión de convencerlos de la Súper Liga, sino de que nos demos cuenta qué es lo que queremos. El modelo que tenemos nos llevó a la ruina. La AFA voló por el aire, aunque no hubo bomba. Pero está así, no le paga a nadie, no cumple los compromisos. La gravedad de lo que está sucediendo demuestra que este modelo está terminado y hay que hacer un cambio en serio.
–En su momento apoyó a Marcelo Tinelli para presidir a la AFA, pero el conductor televisivo retiró su candidatura. ¿Quién le parece el hombre indicado para una futura elección?
–Voy a invertir el orden. Noso- tros lo que apoyamos fue un proyecto y un equipo. Después elegimos al presidente. No fue al revés. Cuando llegamos a River dijimos: “Acá está el proyecto, el equipo de gente y el presidente”. Un presidente sin equipo y sin proyecto fracasa. No se trata de un problema de mediático o no mediático, sino de capacidad. Nos parecía que Tinelli reunía mayores capacidades que el otro candidato (Luis Segura) y por eso lo votamos. Hoy no hay más candidatos, ni Tinelli ni ninguno, porque la Inspección General de Justicia no dio por válido a ninguno. Habrá una comisión normalizadora que se quedará por un año y en ese tiempo no habrá elecciones.
–¿Qué opina de la intervención de la Comisión normalizadora?
–A esta altura ya es una realidad y creo que está bien que venga esta comisión normalizadora. Que la FIFA tenga injerencia y que realmente se les dé todo el poder a quienes lleguen, con una comisión de primer nivel que acompañe a quien sea elegido como presidente luego. Que no sea un compendio de partes sino que sea algo que reúna la mayor calidad para que el fútbol argentino pueda hacer la reestructuración que necesita de todo tipo.
–¿Se extraña la localía de la Selección en El Monumental?
–Me parece muy bien que el seleccionado argentino juegue en el interior porque no es una exclusividad de los porteños. También en Brasil su equipo viaja por distintas ciudades. Es un orgullo cuando juega en River, pero no creo que tenga que jugar acá porque sí, sino que pueda recorrer distintos lugares para que todos los ciudadanos tengan la suerte de ver a estos monstruos de jugadores que tenemos.
–¿Piensa que la reestructuración podría favorecer la vuelta de Lionel Messi a la Selección?
–La decisión que tomó me produjo una tristeza enorme como a todos los argentinos. Creo que es algo que hay que tratar de revertir. Es el mejor jugador del mundo, el que da alegría a los argentinos y a todos los chicos del mundo. No hay ningún chico que no tenga o sueñe con una camiseta de Messi de Argentina o de Barcelona. Es un ejemplo de persona y de jugador. Hay que preservarlo, cuidarlo y tratar de que vuelva al seleccionado. Y para eso creo que todo lo que estamos haciendo, la liga y el hecho de que pueda haber una comisión normalizadora que trabaje seriamente en la reestructuración de la AFA , le permitirá tener un séquito. Contar con el respaldo que le corresponde en las áreas que hacen al fútbol.
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