El dinero en el campo. En apenas cuatro meses, el Barça de Josep Maria Bartomeu ha protagonizado el fichaje de los dos jugadores más caros de su historia. En agosto, y tras la marcha de Neymar al Paris SG, que dejó 222 millones de euros, el club fichó a Dembélé por 145. Pero no era suficiente. Valverde, que pacificó al club con su tranquilidad gracias a unos excelentes resultados, requería de algo más que el joven francés. No era un antojo del Txingurri. Ni mucho menos. Recién iniciado enero, el Barça fichaba finalmente a Coutinho, por quien pagará 160 millones al Liverpool, convirtiéndolo así en la joya más cara que haya pagado nunca el club azulgrana. Firmará por cinco años y medio (hasta el 2023) con una cláusula de rescisión de 400 millones rompiendo todos los registros de un mercado invernal, permitiendo, además, rejuvenecer la plantilla.
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