jueves, 29 de noviembre de 2018

El 'Carlsen Express' arrolla a Caruana y revalida el título en el Mundial de Ajedrez

Mundial de Ajedrez

Carlsen posa en Londres con el trofeo de campeón mundial entregado por la FIDE. TOLGA AKMENAFP
.
Así son los campeones: cuanto mayor es la presión, menos les tiembla la mano, y es en esa tesitura cuando consiguen sacar varios cuerpos de ventaja a los demás. Magnus Carlsen ha logrado apuntarse en Londres su cuarto campeonato del mundo, el segundo consecutivo en el que tiene que recurrir al tie-break de partidas rápidas para imponerse. Pero es que la superioridad del noruego en esta modalidad es incontestable: incluso, por momentos, parecía que su juego era más preciso y fluido que en las partidas clásicas. [Así se lo hemos contado]
Magnus venció en los tres primeros asaltos del desempate, haciendo innecesario disputar la cuarta y última rápida: el título ya estaba en la saca. La clave residió, sin duda, en la primera partida, en la que da la impresión de que Carlsen consiguió, quizá por primera vez en todo el match, colocar una preparación de apertura que le permitió tomar la batuta desde los primeros compases.
La posición que surgió era muy complicada y llena de sutilezas, el noruego supo navegarla con maestría: es muy probable que estuviera familiarizado con ella por haberla analizado previamente con su equipo de entrenadores. La ventaja de las blancas fue aumentando gradualmente, y aunque Caruana se defendió bien, finalmente cometió una imprecisión, 19...Cb5, que permitió a Carlsen arrollarle. El remate fue conciso y despiadado, a pesar de que ambos jugadores llegaron a tener tan sólo unos segundos de tiempo en su reloj.

Un plan innovador

La segunda partida siguió un guion parecido, a pesar de jugar Magnus con negras. El campeón, en lugar intentar defender el punto obtenido eligiendo una defensa sólida y echando el cerrojo, se lanzó a una lucha abierta en la defensa siciliana. La partida siguió un rumbo conocido, con una posición que ya se había dado anteriormente en este match durante las partidas clásicas. Pero esta vez Magnus venía mejor preparado, y eligió un plan innovador que encerraba mucho veneno: la partida quedó sentenciada prácticamente en la transición de la apertura al medio juego. Dos puntos abajo, la tercera partida fue mero trámite: Caruana tuvo que asumir riesgos desmesurados, y no tardó en verse perdido de nuevo.
"Ha sido un buen día en la oficina", declaró un sonriente Carlsen minutos después de su victoria. Por su parte, el legendario Garry Kasparov tuvo palabras de elogio para los dos jugadores: "Bien luchado por parte de Caruana, que empujó a Magnus a mostrar su mejor juego y, desafortunadamente para Caruana, eso fue precisamente lo que hemos visto hoy".
Al haber tenido que llegar a los desempates, el reparto de premios resulta más equitativo que si el match se hubiera decidido en las 12 partidas programadas: en lugar de un 60% de la bolsa de un millón, el campeón recibirá un 55%, además de un jugoso porcentaje de los ingresos por patrocinio y de retransmisión. En cualquier caso, una minucia en comparación con lo que obtendrá durante los dos años que dura su reinado: el título de campeón del mundo de ajedrez, y esa vitola de persona más inteligente del planeta, es algo que paga, y bien.
Por ejemplo, Carlsen fue una de las tres estrellas, junto con Maria Sharapova y Muhammad Ali, que protagonizaron una de las campañas publicitarias más memorables de Porsche. Figura de culto en Noruega, su popularidad ha conseguido lo que muchos consideraban imposible: cada minuto de este campeonato fue retransmitido en directo por televisión, y ni siquiera la serie de empates ha desanimado a los espectadores: la audiencia ha sido un éxito. La Carlsenmanía durará, al menos, un par de años más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario