"Los All Blacks somos amistad e igualdad"
Jordie
Barrett e Israel Dagg, miembros de la legendaria selección, hablan de
valores y deporte antes de recibir el Princesa de Asturias
"Lo mejor de venir a España es ver que el rugby crece en un país tan futbolístico"
"Nuestro vestuario es fraternal y positivo: reímos mucho y trabajamos mucho"
"Porque somos gente encantadora y representamos a un país pequeño y remoto... Y porque no podéis ir con Australia, por favor, con Australia no..."
Y en ese momento, Israel Dagg, zaguero de los All Blacks, da su opinión sincera sobre los Wallabies, que no es positiva ni decorosa, de modo que se arrepiente, se corrige, "por favor, no pongas esto último", y empieza con la cantinela de que Australia es un gran equipo al que respetan y...
- ¿Es Australia el rival al que más ganas tienen?
- No. Son estos de aquí arriba.
- ¿Arriba?
- Inglaterra.
- La intimidad dentro de los All Blacks, ¿se parece a la de cualquier otro vestuario? ¿Las mismas bromas? ¿Los códigos son más severos?
- Nuestro vestuario es un entorno fraternal y positivo. Reímos mucho y trabajamos mucho.
- Un amigo que vio el Nueva Zelanda-Francia del último Mundial me contaba que a Francia le rodeaba la parafernalia de un equipo de Champions, mientras ustedes transmitían una imagen muy austera.
- Las normas de comportamiento las ponemos los jugadores y nuestro compromiso es vivir de acuerdo a ellas todo el tiempo. Pero Francia también juega con emoción y orgullo, no los veo tan diferentes.
- ¿Y qué ocurre si un all black se comporta poco deportivamente?
- Hay riña en el siguiente entrenamiento.
- ¿Y si se repite?
- No se repite.
- ¿Qué ocurre si llega al equipo un chaval con talento, pero sin carácter? Que se asusta y se bloquea...
- El grupo lo envuelve y le ofrece lo que somos: amistad e igualdad. Al principio, el vestuario de los All Blacks intimida, nos pasa a todos. Después, es fácil sentirse cómodo. Todo el mundo se trata igual. Todos tienen voz, dentro y fuera del campo.
Pero, en algún momento temprano, el juego se volvió transversal. Quizá fue porque los maoríes, históricamente empobrecidos y marginados, parecían nacidos para el rugby. O quizá fue porque Nueva Zelanda era un país nuevo en el que las clases sociales no eran rígidas. "Yo creo que va por ahí... Nuestra estructura social es distinta a la de Sudáfrica o Inglaterra. Los All Blacks están abiertos a cualquier origen social, raza o identidad sexual", explica Barrett.
Por cierto, ayer, en Oviedo, en un acto público, alguien preguntó qué pasará el día que un all black diga que le gustan los hombres: "Estamos preparados para llevarlo con total normalidad", fue la respuesta.
- ¿Saben que ahora en España los padres apuntan a los niños a equipos de rugby porque todo lo que rodea al fútbol les abruma?
- Es lo que nos hace más ilusión de estar aquí, ver que el rugby crece en un país con tanta tradición de fútbol. No recogemos este premio sólo en nuestro nombre, es en honor de todo el rugby, porque los valores que transmitimos son los mismos.
- Y durante los últimos 22 años de rugby profesional, ¿no se han devaluado esos valores?
- Nada ha cambiado. Estoy convencido de que el orgullo y las cosas por las que peleamos son las mismas. La satisfacción sigue siendo jugar bien y representar con honor a tu familia.
- Cuando se gana tanto, el miedo a perder debe de ser terrible.
- Cuando perdemos, los enfados son impresionantes. Pero cuando ganamos tampoco estamos contentos. Jamás. Nuestra cultura ganadora implica no estar nunca conformes.
- ¿Y si le digo que lo normal sería que, ahora que el rugby crece y se profesionaliza, Nueva Zelanda dejase de ganar tanto? Como Uruguay dejó de ganar mundiales de fútbol.
- Sabemos que el cerco se va estrechando, que cada vez más países presentan muy buenos equipos. Los últimos 20 años de profesionalismo han sido positivos en ese sentido. Pero estoy seguro de que Nueva Zelanda siempre será competitiva.
- ¿Y si pudieran elegir cualquier momento en la historia de los All Blacks para jugar?
- El Mundial de 1995. Aquel equipo era muy bueno. Y jugar en Sudáfrica, ante Nelson Mandela...
- Pero aquel año perdieron la final, que lo vi en una película.
- Claro, por eso querría viajar en el tiempo. Para jugarla y ganarla.
- ¿Le ofende?
- No. Quieren armarse de valor, lo hacen para ellos más que para nosotros. Si son respetuosos, no hay problema. Eso sí: si nos quieren desalentar, que sepan que el efecto es el contrario, nos motiva aún más.
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