El tenis reacciona frente a Eufemiano
La federación internacional impone el pasaporte biológico y aumenta los controles sanguíneos después de que Fuentes afirmara que tenía clientes tenistas
Juan José Mateo
Madrid
“Del Moral entraba corriendo en tu habitación y rápidamente te
encontrabas con una aguja en el brazo”. Todas las alarmas saltaron en el
tenis cuando sus ejecutivos leyeron que el ciclista Christian
Vandevelde describía así al doctor Luis García del Moral en la
investigación de la USADA que le costó a Lance Armstrong sus siete
Tours. El médico español, que ha anunciado que recurrirá ante el TAS
contra su suspensión de por vida y ha negado su implicación en el caso
de dopaje, había trabajado durante 15 años con algunos de los tenistas
más prestigiosos de los que se entrenan en Valencia. No fue la única
noticia inquietante para los ejecutivos de la raqueta. Durante el juicio
de la Operación Puerto, Eufemiano Fuentes, presunto cabecilla de una
trama de dopaje internacional, dijo que entre sus clientes había
tenistas. Impulsada por la erosión de la imagen de su deporte y
espoleada por sus estrellas, la Federación Internacional de Tenis (ITF)
anunció ayer hoy que se une al atletismo, el ciclismo y el esquí de
fondo en la adopción inmediata del pasaporte biológico, que también
estudia la FIFA.
El nuevo mecanismo de control otorga a cada jugador un documento electrónico con los distintos parámetros de sus análisis sanguíneos y urinarios. El objetivo es encontrar posibles alteraciones en esos marcadores comparando muestras obtenidas a lo largo del tiempo. En el caso del tenis y según las autoridades, la medida vendrá acompañada de un aumento en el número de controles sanguíneos, especialmente fuera de competición. De los 2.185 controles que se hicieron el año pasado en este deporte, 187 (8,5%) fueron exámenes sanguíneos y sólo 63 (2,8%, 34 a hombres y 29 a mujeres) tuvieron lugar fuera de competición, según las estadísticas del organismo.
Según ha podido saber este diario, no ha sido la única medida adoptada por los ejecutivos del tenis ante el inquietante panorama construido por la suspensión de Del Moral y la afirmación de Fuentes. En agosto, la ITF envió a los tenistas un comunicado en el que se resumían los cargos presentados por la USADA contra Del Moral, se les anunciaba que el médico tenía prohibido acceder a cualquier torneo, y se les solicitaba “tomar cuidadosa nota de todo lo anterior cuando consideren a quién pedirle tratamiento, guía o consejo en el futuro”.
Además, desde finales de 2012, los investigadores de la ITF han solicitado reuniones con tenistas para conocer cómo les trataba Del Moral, al que acudían las mejores raquetas de la prestigiosa academia TenisVal, que ha roto ahora cualquier lazo con el médico. La italiana Sara Errani, que en 2012 alcanzó el top 10 en individuales y dobles, además de la final de Roland Garros, ha confirmado que era su médico, ha negado cualquier tratamiento irregular y ha anunciado que cortaba de raíz la relación: “Su nombre ya no es un buen nombre”. La rusa Dinara Safina, exnúmero uno mundial, tuvo el mismo discurso. Finalmente, David Ferrer, que se entrena en el área de influencia del TenisVal, niega que haya sido su médico: “Si estuviera aquí, no sabría quién es”. Hace semanas, este diario se puso en contacto con su agente para que confirmara o desmintiera que Ferrer, el número cuatro mundial, había sido uno de los encuestados por la ITF. No hubo respuesta.
“Después del revuelo que se ha montado con el caso Armstrong, todos tenemos que hacer un esfuerzo para que el deporte sea transparente”, comentó en febrero Nadal, cuando apoyó que se aumentara el número de controles sanguíneos y pidió que fueran públicos: “Que la gente sepa los que pasamos o los que no pasamos”. En la misma línea se expresaron Roger Federer, presidente del Consejo de Jugadores, y Novak Djokovic, el número uno, que se quejó de que no le hubieran hecho ni un examen sanguíneo en los seis meses previos a que ganara el Abierto de Australia 2013. Los mejores apoyan la medida. Contra Eufemiano, el pasaporte biológico.
El nuevo mecanismo de control otorga a cada jugador un documento electrónico con los distintos parámetros de sus análisis sanguíneos y urinarios. El objetivo es encontrar posibles alteraciones en esos marcadores comparando muestras obtenidas a lo largo del tiempo. En el caso del tenis y según las autoridades, la medida vendrá acompañada de un aumento en el número de controles sanguíneos, especialmente fuera de competición. De los 2.185 controles que se hicieron el año pasado en este deporte, 187 (8,5%) fueron exámenes sanguíneos y sólo 63 (2,8%, 34 a hombres y 29 a mujeres) tuvieron lugar fuera de competición, según las estadísticas del organismo.
Según ha podido saber este diario, no ha sido la única medida adoptada por los ejecutivos del tenis ante el inquietante panorama construido por la suspensión de Del Moral y la afirmación de Fuentes. En agosto, la ITF envió a los tenistas un comunicado en el que se resumían los cargos presentados por la USADA contra Del Moral, se les anunciaba que el médico tenía prohibido acceder a cualquier torneo, y se les solicitaba “tomar cuidadosa nota de todo lo anterior cuando consideren a quién pedirle tratamiento, guía o consejo en el futuro”.
Además, desde finales de 2012, los investigadores de la ITF han solicitado reuniones con tenistas para conocer cómo les trataba Del Moral, al que acudían las mejores raquetas de la prestigiosa academia TenisVal, que ha roto ahora cualquier lazo con el médico. La italiana Sara Errani, que en 2012 alcanzó el top 10 en individuales y dobles, además de la final de Roland Garros, ha confirmado que era su médico, ha negado cualquier tratamiento irregular y ha anunciado que cortaba de raíz la relación: “Su nombre ya no es un buen nombre”. La rusa Dinara Safina, exnúmero uno mundial, tuvo el mismo discurso. Finalmente, David Ferrer, que se entrena en el área de influencia del TenisVal, niega que haya sido su médico: “Si estuviera aquí, no sabría quién es”. Hace semanas, este diario se puso en contacto con su agente para que confirmara o desmintiera que Ferrer, el número cuatro mundial, había sido uno de los encuestados por la ITF. No hubo respuesta.
“Después del revuelo que se ha montado con el caso Armstrong, todos tenemos que hacer un esfuerzo para que el deporte sea transparente”, comentó en febrero Nadal, cuando apoyó que se aumentara el número de controles sanguíneos y pidió que fueran públicos: “Que la gente sepa los que pasamos o los que no pasamos”. En la misma línea se expresaron Roger Federer, presidente del Consejo de Jugadores, y Novak Djokovic, el número uno, que se quejó de que no le hubieran hecho ni un examen sanguíneo en los seis meses previos a que ganara el Abierto de Australia 2013. Los mejores apoyan la medida. Contra Eufemiano, el pasaporte biológico.
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