Wanda Metropolitano Como una final de la Champions
El Atlético estrenó su estadio y el día tan
esperado por sus hinchas fue una fiesta en los aledaños del Wanda
Metropolitano
La
estación de Avenida de América cambia su tonalidad a eso de las 18:10.
El metro de Madrid, línea 7 naranja, rebosa de estrías rojas y blancas
en un santiamén. El trasbordo ha llenado el convoy de fieles a la causa
colchonera. Los seguidores hablan sin conocerse de lado a lado de la
vía. Les une una camiseta y un sentimiento, que está punto de explayarse
varias paradas más allá. El tren llega a su destino, el Estadio Metropolitano.
Los vagones se vacían y el jolgorio se convierte en himno. De repente,
la hinchada del Atlético comienza a cantar a capela la vieja tonadilla.
«Yo me voy al Manzanares, al estadio Vicente Calderón...». Los anchos
vomitorios se colapsan porque aquello parece una atracción turística.
Cientos de smartphones captan el momento y lo registran en su disco
duro. El Atlético y su gente están de estreno. Ayer nació para el fútbol
el Wanda Metropolitano.
La explanada que enlaza el metro con el estadio, apenas cien pasos, es un lugar de cita y teléfonos. Todo el mundo con el móvil en la mano para quedar, darle al whatsapp o hacer «selfies». Nadie conoce el lugar como para recrearse en explicaciones. Una pregunta se propaga por encima de todas. «¿Dónde estás?», se escucha en la zona. «Debajo de la segunda A de Wanda», contesta una niña con la camiseta de Simeone. «Buscando a los demás para hacer una inspección para beber», comenta por móvil un aficionado con la elástica de esta temporada y el 10 de Paulo Futre a la espalda.
Junto al estadio se agolpa una multitud.
Algunos llevan inspeccionando su nueva casa desde por la mañana, y tras
recorrer la zona infantil y aprenderse de memoria los precios de las
bebidas, deciden hacer cola en las puertas de acceso.
Por fin, tras una larga espera se abrieron las puertas sobre las siete de la tarde. La amplitud de los pasillos, aún con cajas a medio embalar que dan fe de la apresurada mudanza, facilita los movimientos y la búsqueda del asiento. Con todo el mundo instalado llegaron los homenajes. Primero, a los cuatro estadios anteriores, Retiro, O’Donell, Metropolitano y Vicente Calderón.Después alAtlético Aviación, con un desfile aéreo de la Patrulla Águila. El balón del encuentro descendió también desde el aire gracias a un paracaidista del Ejercito del Aire.
La explanada que enlaza el metro con el estadio, apenas cien pasos, es un lugar de cita y teléfonos. Todo el mundo con el móvil en la mano para quedar, darle al whatsapp o hacer «selfies». Nadie conoce el lugar como para recrearse en explicaciones. Una pregunta se propaga por encima de todas. «¿Dónde estás?», se escucha en la zona. «Debajo de la segunda A de Wanda», contesta una niña con la camiseta de Simeone. «Buscando a los demás para hacer una inspección para beber», comenta por móvil un aficionado con la elástica de esta temporada y el 10 de Paulo Futre a la espalda.
Riadas de gente
Del suburbano sale otra riada de hinchas, alborozados y felices, que entonan el célebre «Luis Aragonéeeees, Luis Aragonéees». Y una tercera, que se cuenta por miles, que aclama al hombre que cambió la historia. «Ole, ole, ole, Cholo Simeone».
«Me emociono, de verdad que me emociono, porque yo
ya viví el traslado del Metropolitano al Calderón, y esta es mi segunda
mudanza», cuenta Luis, un socio que se ha enfundado en la
camiseta del doblete y que dice sentir veneración por Milinko Pantic.
«Tiene solera», dice señalando aquella antigua publicidad de Marbella.
Es un ambiente de final de Champions, de partido europeo en Múnich o
Londres, hechizado el público ante lo que se puede encontrar detrás de
las puertas de acceso.
Por fin, tras una larga espera se abrieron las puertas sobre las siete de la tarde. La amplitud de los pasillos, aún con cajas a medio embalar que dan fe de la apresurada mudanza, facilita los movimientos y la búsqueda del asiento. Con todo el mundo instalado llegaron los homenajes. Primero, a los cuatro estadios anteriores, Retiro, O’Donell, Metropolitano y Vicente Calderón.Después alAtlético Aviación, con un desfile aéreo de la Patrulla Águila. El balón del encuentro descendió también desde el aire gracias a un paracaidista del Ejercito del Aire.
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