martes, 8 de enero de 2019

Del fútbol

El fútbol es un tinglado que desata las pasiones y mueve miles de millones en todo el mundo y, por tanto, que estimula la codicia. De eso va 'Todo por el juego

'Todo por el juego'.
'Todo por el juego'.
Algunas lumbreras del periodismo deportivo afirman que "fútbol es fútbol". Pues no; es eso y mucho más: es un tinglado que desata las pasiones y mueve miles de millones en todo el mundo y, por tanto, que estimula la codicia, las comisiones desorbitadas, los salarios inimaginables, las apuestas, la compraventa de partidos, la especulación inmobiliaria, el ansia de poder, los palcos presidenciales trufados de negocios y los grupos ultras que sirven para un roto y un descosido. De eso trata Todo por el juego, la serie promovida y dirigida por Daniel Calparsoro que exhibe Movistar.
La serie rehúye conscientemente de las secuencias deportivas, pues le interesa más mostrar los entresijos del espectáculo y la irresistible ascensión de un empresario de la construcción que accede a la presidencia de un club de segunda división a punto de ascender, cuando se alía con el poder político local y deja de lado los incómodos escrúpulos. Basada en la novela El fútbol no es así, coescrita por Javier Tebas, presidente de LaLiga, sorprende su capacidad autocrítica. Pocos responsables de un gremio han mostrado las vergüenzas del mismo con tanta claridad. También es cierto que la denuncia pública de las corrupciones no ha modificado sustancialmente su continuidad.
Lo que cuentan sus ocho capítulos no sorprenderá a ningún aficionado al fútbol. Tampoco a los que no les gusta el deporte, pero leen los diarios, escuchan las radios o ven los informativos. Saben de las tropelías de los grupos ultras y de las barras bravas argentinas. Han salivado al leer los contratos de las figuras y las comisiones de sus agentes y recuerdan el paso por los juzgados de prohombres del fútbol como Villar, Rosell o el empresario de la construcción Enrique Ortiz y su afortunada amistad con exalcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, sin olvidar esa tradicional información de final de temporada en la que se habla de maletines con dinero negro. Una estupenda serie en la que la ficción es una crónica de la realidad.

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