domingo, 23 de febrero de 2014

ASISETRAPICHEAENUNMUNDIAL

.partidos bajo sospecha

Desconfío

La historia de las sospechas sobre partidos en los mundiales de fútbol es casi tan larga como la misma competencia. Arreglos, presiones, sobornos, oficiosas recomendaciones dirigenciales, árbitros bajo la lupa y un largo etcétera organizan esta verdadera novela de la suspicacia internacional. Aquí, una somera lista de los partidos más “raros” de la querida historia futbolera.

    Italia 1 – España 1 (Italia 1934)

    Benito Mussolini ya le había advertido a sus jugadores que si no ganaban la Copa, “crash”. Ese crash significaba la muerte y la amenaza parecía ser muy concreta. En los cuartos de final el rival era España, que contaba con grandes jugadores y un arquero espectacular, apodado “El Divino”. Ricardo Zamora era imbatible y así se mostraba ante el conjunto local, que no podía batir al portero.

    Cuando finalizaba la primera mitad con los ibéricos arriba en el marcador, las malas artes del delantero Angelo Schiavio se hicieron presentes. Un par de certeros codazos al guardameta le allanaron el camino a su compañero Ferrari para que anotara la igualdad ante la esquiva y cómplice mirada del árbitro belga Lois Bärt. En la segunda parte, el partido se puso muy violento. Zamora terminó con dos costillas rotas y no pudo ser parte (como tampoco otros 6 titulares lesionados) del partido de desempate. Allí Italia consiguió su pase a semifinales.

    Los codazos de Schiavio.

    Inglaterra 1 - Argentina 0 (Inglaterra 1966)

    Los creadores del fútbol tenían a la Copa del Mundo en su casa y no querían perderla de ninguna manera, pero para alcanzar el objetivo tenían tres enormes problemas: Argentina, Uruguay y Brasil. El presidente de la FIFA en ese entonces era el inglés Stanley Rous y poco le importaban las sospechas levantadas alrededor del supuesto favoritismo arbitral hacia la selección anfitriona. Brasil se había quedado afuera de la primera ronda a fuerza de golpes, así que sólo restaba sacarse de encima a los rioplatenses, algo que parecía difícil de conseguir en cancha pero no en los escritorios.

    El 23 de julio de 1966, por los cuartos de final de la Copa, Inglaterra debía enfrentar a la selección Argentina, un duro rival que venía haciendo un gran mundial con victorias sobre España y Suiza, y empate con la poderosa Alemania Federal. La contienda se presentaba pareja y dura para los dos rivales, sin embargo, la actuación del árbitro alemán Rudolf Kreitlein favoreció escandalosamente a los británicos que finalmente se quedarían con el triunfo por uno a cero frente a una selección argentina disminuida tras la polémica y famosa expulsión del mediocampista Antonio Rattín. Sobre el cierre del partido, mientras el público despedía a los argentinos al grito de “animals”, el técnico inglés, Alf Ramsey, impedía el cambio de camisetas entre los jugadores.

    Expulsión de Rattín, gol de Inglaterra y el técnico inglés, Alf Ramsey, impidiendo el cambio de camisetas.

    Alemania Federal 4 - Uruguay 0 (Inglaterra 1966)

    Si a los argentinos les habían puesto un árbitro alemán para jugar ante Inglaterra, el enroque perfecto fue poner un árbitro inglés a los uruguayos frente a los alemanes. James Finney fue el encargado de impartir justicia en ese encuentro en el que Alemania convirtió 4 goles y Uruguay terminó con dos expulsados. Ingleses y Alemanes, finalmente, se verían las caras en una final que también pasó a la historia como una de las más polémicas de la historia.
    “Una visita de Videla al vestuario visitante, un barco cargado con toneladas de trigo, una flojísima actuación de un equipo que jugaba generalmente entre bien y muy bien, todo fue pasto para alimentar la sospecha por la abultada derrota peruana.”


    Alemania Federal 0 - Alemania Democrática 1 (Alemania 1974)

    Si había un seleccionado a quien todos le temían en la Copa de Alemania era la famosa Naranja Mecánica de Johan Cruyff y compañía. Si los alemanes federales ganaban su grupo debían compartir la zona semifinal con Holanda, así que una segunda colocación haría que sólo los pudieran enfrentar en una hipotética final, pero para eso debían perder ante la otra Alemania, la Democrática, para cederles, de manera generosa, el primer puesto. Todos suponían que la Federal iba a arrasar con su hermana república dividida por un muro. Todos menos los locales que, de manera extraña, cayeron ante un conjunto mucho más débil.

    Argentina 6 v. Perú 0 (Argentina 1978)

    Tal vez sea éste el partido más discutido de la historia de los mundiales. Argentina tenía que ganarle por 4 goles a Perú para superar a Brasil en la tabla y llegar a la final. El arquero de Perú, Ramón Quiroga, había nacido en Argentina y estaba nacionalizado en el país incaico. Fue el blanco predilecto de las críticas y acusaciones, aunque tiempo después quiso limpiar su nombre declarando: “mis dudas apuntan a la extraña formación que eligió Marcos Calderón (DT de Perú) y la actuación de varios de mis compañeros”.

    Una visita de Videla al vestuario visitante, un barco cargado con toneladas de trigo, una flojísima actuación de un equipo que jugaba generalmente entre bien y muy bien, todo fue pasto para alimentar la sospecha por la abultada derrota peruana. Durante años, los jugadores peruanos optaron por el silencio o por veladas acusaciones a algunos de sus compañeros. Nunca nada quedó en claro y los argumentos sobran en un sentido y otro. Más allá de todos eso, esta goleada entró de inmediato en la larga lista de los partidos bajo sospecha de las competencias mundialistas.

    Alemania Federal 1 - Austria 0  (España 1982)

    Argelia había sorprendido al mundo entero derrotando a Alemania Federal por 2 a 1 en Gijón, por la primera fecha del Grupo 2. Los norafricanos completaron la fase inicial con dos triunfos, cinco goles a favor y cinco en contra. Austria también sumaba dos victorias, pero tenía que jugar ante los alemanes, que con 2 puntos, necesitaban ganar sin importar por cuánto. Si los austríacos perdían por más de dos tantos, se quedaban afuera de la primera ronda. Hrusbech convirtió el único gol del encuentro a los 11 del primer tiempo y en los restantes 79 minutos no hubo juego, no existieron ataques peligrosos y abundaron los pases intrascendentes. Fue un pacto tácito donde no se necesitaron palabras ni dinero. Un pacto que dejó afuera a los argelinos y una trampa que tuvo a alemanes y austríacos como protagonistas.

    Corea del Sur 0 (5) v. España 0 (3) (Corea/Japón 2002)

    La actuación arbitral en los partidos disputados por la selección coreana también dio para comentarios de toda índole. Todo empezó en octavos de final cuando los locales dieron el primer golpe al eliminar por penales a Italia. En el suplementario de ese partido, el juez ecuatoriano Byron Moreno expulsó a Totti, la figura azzurra por la supuesta simulación de un clarísimo penal que le habían cometido. La faena arbitral continuó en cuartos cuando la víctima fue España. Años después de su actuación mundialista, Gamal Al-Ghandour, el árbitro egipcio de aquel encuentro, no dudó en acusar a uno de los jueces de línea por el gol anulado a los ibéricos que hubiera significado “gol de oro” y la eliminación de los coreanos de su copa. También aclaró que el otro gol, también insólitamente anulado, había sido por una falta que él solamente vio.

    Reportaje al árbitro acusando a los líneas, en el cual dice que fue el mejor partido que dirigió.

    Brasil 3 - Ghana 0 (Alemania 2006)

    Según el periodista canadiense Declan Hill, en su libro “El arreglo”, una casa de apuestas tailandesa tuvo incidencia en este encuentro. Abukari Damba, ex internacional con Ghana y DT de la sub 17 de ese entonces, habría sido el intermediario para que el conjunto sudamericano lograra imponerse, al menos, por dos goles de diferencia. Varios jugadores ghaneses habrían recibido unos 30.000 dólares para “no dejar todo en la cancha”. FIFA nunca investigó el caso, y en referencia a la denuncia Blatter expresó: “El Mundial es la más elevada manifestación deportiva del planeta, más que las Olimpíadas, y ningún equipo sale a perder”. Hill siempre habló en potencial, aunque asegura tener certezas sobre lo que escribió.

    He aquí una lista, seguramente incompleta, de partidos mundialistas que alimentan al desconfiado insaciable que todos llevamos dentro.

    ¿Qué otro capítulo ominoso nos presentará Brasil 2014? Solo resta esperar, mis queridos paranoicos.
    .a esperar, mis queridos paranoicos.

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