viernes, 9 de septiembre de 2016

ESTA MADRUGADA 08.45 GMT LOS ALL-BLACKS-PUMAS

Agustín Creevy: "Lo que más espero es poder ganarle al mejor de la historia"

El capitán tiene un anhelo y cree que los Pumas pueden vencer a los All Blacks
La sonrisa que no se borra del rostro de Creevy
La sonrisa que no se borra del rostro de Creevy. Foto: Villarpress
HAMILTON, Nueva Zelanda.- "Siempre digo una frase que parece armada, pero es lo que creo: este equipo no tiene techo. No se si voy a estar o no, pero este equipo se va a cansar de ganar". La frase pertenece a Agustín Creevy , el capitán de los Pumas, en las horas previas a un nuevo choque con los All Blacks. Lo motivan el deseo y hasta casi la necesidad personal de conseguir un buen resultado a este líder del grupo, carismático y divertido, quien se detiene a analizar el presente de los Pumas, pero sobre todo en el largo camino que recorrió hasta donde está hoy.
Creevy debutó con los Pumas allá por 2005 ante Japón. Pasó varios años sin volver a ponerse la camiseta. Fue suplente de Mario Ledesma y Eusebio Guiñazú y recién de la mano de Daniel Hourcade tomó el protagonismo que tiene hoy. El actual entrenador de los Pumas confió en él para lo que fue el primer paso de este equipo, cuando se conformaron los Pampas XV en 2010. "Le voy a estar eternamente agradecido. Yo lo quiero mucho. Me ayudó a volver a sentir el rugby como lo sentía. Me volvió a poner allá arriba, me hizo sentir satisfecho no sólo dentro de la cancha, sino en la vida. Es el entrenador con el que más cómodo me sentí. Soy un agradecido, se lo voy a decir mil veces", le reconoce a la nacion el hooker, que a los 31 años sólo piensa en disfrutar dentro del campo de juego.
-Te tocó ser suplente durante muchos años. ¿Qué aprendiste de otros capitanes con los que te tocó convivir?
-Ese camino que transcurrí hasta hoy fue lo que me hizo ser lo que soy. Me tocó pasar por muchas. Buenas, malas. Más malas que otra cosa. Todo eso me hizo dar cuenta de lo que yo quería realmente ser... Aprendí de capitanes, lo que me gusta y lo que no. A uno no le puede gustar todo lo que hace el otro. Hay que seleccionar lo mejor y dejar aquello con lo que uno no se siente cómodo. En todos estos años fui aprendiendo, siempre apoyando y pese a actitudes que a mí no me gustaron. Eso es lo que hoy me hace disfrutar.
-¿Cómo se hace desde tu lado para dejar a todos cómodos, que nadie se sienta menos?
-Buscamos que todos, no importa la edad que tengan, se sientan importantes. Así el equipo funciona. Eso es un generador de confianza. Si lo conseguimos, después se ve reflejado en la cancha. Mirá el caso de Marquitos (NdR Kremer, el más jóven del equipo, que irá al banco mañana) con 19 años debe haber salido el año pasado del colegio (risas). Yo me junto con él, yo estuve ahí. Sé lo que se siente ser suplente. Por eso charlamos, aconsejamos. Hay que tratar de hacer que todos se sientan cómodos.
-Hablame del grupo. ¿Cómo se hace para generar la unión que tienen?
-Nos gusta ver como que es algo natural. Nos gusta estar todos juntos. Fijate que podríamos estar cada uno en su habitación descansando, pero elegimos no hacerlo. Yo creo mucho en la cuestión de grupos y para que funcione no sólo depende de nosotros, sino también del staff. Hoy todos nos sentimos importantes, nadie está por encima de nadie. Hay transparencia en eso.
-¿Cómo sentís que llega el equipo para mañana?
-Creo que bien, con la cabeza sobre todo ganadora. Tuvimos dos partidos, con Sudáfrica, que se podrían haber ganado ambos. Lamentablemente fue sólo uno. El triunfo en Salta fue una inyección anímica enorme. No se qué hubiese pasado si perdíamos. De la primera derrota aprendimos mucho.
-¿Cómo qué?
- Encontramos que el principal problema es cuando estamos arriba y no lo podemos cerrar. Creo que es mental. Los entrenadores nos mostraron que en esos momentos finales cometimos errores que antes no habíamos tenido. No fue una derrota más. Se sintió en el vestuario, en el bondi, en la cena. Fue algo diferente. Antes hacíamos el duelo más rápido. Pero este dolió y mucho. Ahí me di cuenta de que el equipo creció, que ya no sólo alcanza con hacer un buen partido. Hoy no da lo mismo. Eso habla de la madurez que tenemos.
-¿Se les puede ganar a estos All Blacks?
-Creo que sí. Son humanos igual que todos. En algún momento deberán perder. Nosotros somos conscientes de que si tenemos una buena noche les podemos ganar. Pero hay que tener un partido perfecto. Son los mejores del mundo. Creo incluso que son el equipo que mayor diferencia deportiva sacó en la historia. Ni Barcelona duró tanto tiempo siendo líder.
-¿Se pusieron como meta para este año ganar al menos dos partidos en el torneo?
- Son objetivos... Ojalá podamos ganar todo, creo que somos capaces de hacerlo. Nos pusimos algunas metas, pero lo fundamental no es ganar uno o dos partidos, sino todos. Lo mejor para mí es eso. Lo que más espero es poder ganarle a los All Blacks. Me encantaría poder retirarme habiéndole ganado al mejor equipo de la historia.
-¿Ya pensás en cuánto más va a durar esto?
-He pensado que falta poco, un par de años como para dar espacio también a los que vienen atrás. Por eso estoy disfrutando mucho de todo esto. El Super Rugby, los Pumas... cuanto más grande sos, más cerca ves el final. Por eso, aprovecho cada momento, de disfrutar, de generar alegría. No estoy mirando cuando me voy, no es que ya se me acaba, pero sí sé que está más cerca.
El capitán de los Pumas es uno de los motores del plantel. Señalado por sus compañeros, más allá de ser la voz de mando, como quien más bromas gasta en el grupo. "Generar alegría", como él mismo dice. Hasta sus compañeros cortan la nota y lo acusan de haberle escondido la ropa a otro, pese a que jura no tener nada que ver...
-¿Lográs desconectarte? ¿Cómo hacés para no pensar en todo esto cuando estás en tu casa?
-Me cuesta mucho. en las semanas que tenemos libres trato, pero me cuesta. Hace poco me fui a Los Ángeles, algo me pude desenchufar, pero había momentos que volvía. Por ahí pasan tres días y tengo que mandar un mensaje para ver cómo está todo. Ahí entra mi mujer que me dice 'desconectate'. Me encantaría poder hacerlo un poco más.
-¿Qué hacés en tu tiempo libre?
-Me gusta viajar. En casa trato de entretenerme con películas o series. Aunque cada tanto, se vuelve a ver rugby. ¡A veces mi mujer parece más fanática que yo! (dice entre risas) Incluso, en mi casa ven los partidos de vuelta. Yo ni loco... Me voy. No lo pueden creer. Mirá que me encanta el rugby, pero trato de no consumirlo todo el día.
-¿Sos de prestarle atención a los comentarios o lo que dice la gente después de cada partido?
-Me llega más por la gente que yo quiero. Me han dicho algunas cosas, pero trato de no leer. Me hizo mal al principio. Cuando era chico leía mucho y algunos me mataban, sobre todo cuando cambié de puesto. Juré nunca más hacerlo, ni en lo bueno ni en lo malo. Acepto igual las opiniones, siempre que sean con respeto.
Tras varios años en el Rugby Championship, los Pumas ya sienten que se pueden sentar en la mesa de los grandes. Lo reconocen sus propios rivales y hasta los jugadores, que ya sienten un respeto que antes no tenían. Hoy, a horas de un cruce más con el mejor equipo del mundo, estar a la altura es el gran objetivo de la Argentina.

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