Rajoy, como Mourinho
Mou es un ególatra plasta como todos los aquejados de complejo de inferioridadEs de justicia, sin embargo, repartir los méritos, deméritos horribles en el caso que nos ocupa: nada de lo que ha hecho ni de lo que ha dejado de hacer Mourinho en el Real Madrid habría sido posible sin el cheque en blanco que le entregó el presidente de la entidad, Florentino Pérez, y que el portugués ha usado para dejar temblando y arruinado moralmente al equipo. Parece claro que al potentado Florentino nunca le parecieron mal los modos escasamente florentinos del míster de sus ojos, o bien, que viene a ser lo mismo, que le resultaran indiferentes, de suerte que sin esa cooperación necesaria, sin esa sintonía activa o pasiva, el tal Mourinho, un ególatra plasta como todos los aquejados de complejo de inferioridad, no podría haber llegado tan lejos en los espaciosos territorios de la nada.
Sin descender tanto, en modo alguno, a los fondos abisales de la mala educación donde mora el portugués, nuestro Mariano Rajoy tiene, en política, algo o mucho de él: está haciendo todo el rato cosas terribles a la gente, y no consigue nada, ningún resultado positivo. Antes al contrario, deja la imagen de su contratador, España, por los suelos, como Mou la del Madrid. Y luego, claro, lo del plasma, lo de no dar la cara ni aceptar preguntas, y aparecer, cuando aparece, dentro de un televisor. Esto último lo ha hecho Mourinho con algo más inanimado si cabe: Karanka.
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