jueves, 9 de julio de 2015

Foto: Reuters
 La confesión de sobornos aceptados al más alto nivel agrava hoy el escándalo de corrupción que sacude los cimientos de la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), destaca PL.
Chuck Blazer, titular de la Confederación Norte-Centrocaribeña de Fútbol (Concacaf) de 1991 a 2013, admitió el cobro de sobornos durante para la adjudicación de los Mundiales de 1998 y 2010.
Recién desclasificada, tal confesión data de 2013, cuando el exmiembro del Comité Ejecutivo de la FIFA (1996-2013) se confesó culpable de fraude, blanqueo de dinero y evasión fiscal.
"En el periodo en el que trabajé para la FIFA y la Concacaf, yo y otros miembros del comité ejecutivo de la FIFA acordamos aceptar sobornos al menos en dos ocasiones", declaró Blazer a un juez.
Las autoridades de Estados Unidos lideran esta investigación, que ya forzó la dimisión del suizo Joseph Blatter al frente de la FIFA, y tiene en la mira a otras figuras, como el trinitario Jack Wagner.
Del expresidente de la Concacaf se sospecha que cobró 10 millones de dólares por tres votos para el Mundial de Sudáfrica 2010, donde alegan que tal dinero iba para proyectos de desarrollo en el Caribe.
Países como Sudáfrica y Australia abrieron investigaciones sobre posibles casos de corrupción en la adjudicación de Mundiales, como el que tentativamente organizaría Catar en 2022.
A su vez, Wagner asegura que posee documentos que demuestran la implicación de la FIFA en el financiamiento de un partido político para las elecciones legislativas de Trinidad y Tobago en 2010.
El cúmulo de acusaciones y pruebas incrementan el escepticismo sobre la inocencia de Blatter, quien renunció el pasado martes, horas después de haber sido reelecto para su quinto mandato.
El diario New York Times afirma que las autoridades de Estados Unidos esperan la cooperación de algunos de inculpados de la FIFA para cerrar el cerco alrededor del dirigente helvético.
Mientras, en Irlanda el diario Irish Independent divulgó que Blatter figuró durante siete años en la lista de directores de una compañía fundada en Dublín para obtener beneficios fiscales.
La investigación del rotativo reveló que la empresa FIFA Ireland Ltd radicó en Dublín sin trabajadores empleados directamente, y de 2001 a 2006 transfirió unos 112 millones de euros a la FIFA.
Gracias al impuesto de sociedades de Irlanda, entre los más bajos de Europa, la empresa que ingresó decenas de millones de euros solo pagó 191 mil euros en impuestos.
La FIFA negó que Blatter desempeñara funciones operativas en esa empresa, y la justificó alegando las obsoletas políticas tributarias que obligarían a pagar dos veces por un mismo ingreso.

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