domingo, 27 de noviembre de 2016

El otro lado de la revolución: cuáles fueron las razones del éxito deportivo cubano

Masividad, igualdad de oportunidades, capacitación y seguimiento son algunos de los puntos que remarcan un especialista y un experimentado entrenador olímpico de Cuba
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Javier Sotomayor, una de las grandes glorias cubanas
Javier Sotomayor, una de las grandes glorias cubanas. Foto: Archivo
"Sin dudas, hubiera sido un obrero azucarero si no fuese porque triunfó la revolución cubana", dice en diálogo con LA NACION Erik León, entrenador cubano del equipo argentino de lucha desde hace 9 años. León vivía con su familia en una fábrica de azúcar y su padre era un obrero de un ingenio, a 968 kilómetros de La Habana, en Palma Soriano, antigua provincia de Oriente y hoy Santiago de Cuba. Después, fue becado por el gobierno revolucionario para estudiar en La Habana donde cursó sus estudios en el Instituto de Cultura Física de Cuba. Se graduó con el primer promedio y fue becado nuevamente para que hiciera un posgrado en Bulgaria. A su vuelta, se hizo cargo de la selección nacional de lucha: forjó tres campeones olímpicos y siete medallistas, 11 campeones mundiales y 19 campeones panamericanos.
Para León, la explicación por la cual Cuba, una pequeña isla de 111.000 km2 y de 11 millones de habitantes, esté 16ta en el medallero histórico de los Juegos Olímpicos y 2da entre los países americanos, "es muy sencillo de explicar". Detalla: "Obedece a una política del estado cubano, de la revolución cubana, de darle posibilidad en todos los aspectos de la vida a los jóvenes. El deporte se considera en Cuba como parte de la formación de las personas. El gobierno cubano creó escuelas deportivas a lo largo y ancho de todo el país". Pero además, existe una clave más para León, y que no tiene que ver con grandes infraestructuras deportivas de millones de dólares: la capacitación. Insiste en que primero hubo que formar a los entrenadores y a los profesores de educación física- sólo existían 1000 profesores en toda la isla antes de la revolución -, y luego se crearon las escuelas de iniciación deportiva en cada provincia, donde los alumnos eran becados con "alimentación, ropa deportiva y entrenamiento", describe. Eso luego se combinó con un proceso de detección de talentos que comenzaba en los torneos entre escuelas, luego municipales, después provinciales y finalmente desembocaba los Juegos Escolares Nacionales "donde llegaban los mejores talentos", apunta. En esa etapa, se les ofrecía otra beca, que era optativa, y sólo por una razón se la podían quitar: en caso de que reprobase materias en la escuela.
León insiste: "Mientras más entrenadores inteligentes y bien formados tenga un país mejores deportistas va a tener. Eso es directamente proporcional". Subraya que no es sólo una cuestión de dinero: "Cuba es un pequeño país, con poca población, bloqueado además económicamente. Hay que decir que nosotros aprendimos a hacer más con menos, porque no teníamos cuantiosos recursos".
Osvaldo Arsenio*, especialista en alto rendimiento y ex Director Técnico Nacional de la Secretaria de Deporte, destaca que, a diferencia del resto de los países del bloque comunista, "Cuba logró cohesionar medallas con masividad en el deporte". Explica que el deporte no fue sólo "una vidriera" como sí lo fue para el resto de los países del Este del muro, sino que también fue una herramienta para la salud de los cubanos, cuya expectativa de vida llegó a ser de las más altas del planeta. Un modelo que, apunta, se asemeja más al de los países escandinavos, y que se diferencia tanto del modelo hiper profesional de Estados Unidos como de sus antiguos socios comunistas, en donde en ambos toda la atención estuvo enfocada en la vida "productiva" del deportista, y luego poco importaba lo que ocurriera.
Arsenio, en coincidencia con León, destaca la preparación de los entrenadores cubanos: "Incluso hoy, Cuba siguen un faro de capacitación. Tienen más de 7000 técnicos en el exterior". Además, destaca la estrategia para elegir los deportes: "Fueron muy inteligentes en seleccionar en qué deportes se podían destacar, como boxeo, lucha, judo y algunos del atletismo".
León todavía está conmovido por la noticia de la muerte de Fidel Castro y recuerda algunos de las seis o siete veces que habló con él en sus encuentros luego de los grandes eventos deportivos: "Él era un eterno inconforme. Siempre tenía con nosotros palabras de aliento, de estímulo, de felicitación y una exhortación permanente a seguir preparándonos. Siempre optimista de que se podía hacer más. De hecho el lema del deportivo cuba es «Siempre se puede hacer más»".
* hizo estudios de posgrado en Moscú y en la Alemania Occidental en la Universidad de Koln entre 1978 y la década del 80.

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