domingo, 26 de noviembre de 2017

NARCO EN ROSARIO ARGENTINO

El futbolista Ángel Correa deberá dar su testimonio en el juicio contra la banda

El representante del volante de Atlético Madrid está acusado de lavado por compartir negocios con los líderes narcos

El futbolista Ángel Correa
El futbolista Ángel Correa. Foto: LA NACION
ROSARIO.- El dinero de Los Monos se derramó con fluidez en distintas zonas grises de la economía. Y el negocio del fútbol fue uno de esos sectores donde el origen del dinero nunca tuvo demasiada importancia ni control. Tuvieron suerte. Francisco Lapiana, el cazatalentos que trabajaba para la banda, tenía olfato para encontrar esos diamantes en los barrios pobres y pueblos cercanos que caminaba los fines de semana cuando se juegan los picados de fútbol.
Halló dos diamantes en medio de la miseria. Ángel Correa y Ever Banega. Ambos conservan los lazos con sus orígenes, y devuelven esa gratitud cada tanto cuando vuelven a jugar a la cancha del barrio La Granada, que tiene como escenografía el mural en honor al líder de Los Monos Claudio Cantero, alias "Pájaro", asesinado el 26 de mayo de 2013.
Correa deberá regresar de Madrid e interrumpir la temporada en el Atlético para declarar el 11 de diciembre próximo en el juicio que se inició hace una semana contra la banda de Los Monos. En el banquillo está sentado entre los 25 imputados Lapiana, el alfil de los Cantero en el negocio del fútbol y quien conserva el 20 por ciento del pase del jugador del seleccionado argentino. La familia de Correa intentó radicarse en la capital española, pero nunca se pudo adaptar y volvió a La Granada, ese barrio repleto de contrastes.
Lapiana había intervenido además en los pases de dos rosarinos de pie magnífico y con partidos en el seleccionado. Ever Banega, ex volante central de Boca, Newell's, Valencia y Sevilla, y César Delgado, delantero de Rosario Central, Cruz Azul y Paris Saint Germain. Los dos futbolistas son de la zona de Los Monos, los dos surgieron de Alianza Sport, el club que Lapiana manejaba con la influencia económica de Ramón Machuca, uno de los líderes de Los Monos. En la Justicia se investiga que Los Monos y Lapiana compartían intereses en unos 120 futbolistas con el objetivo de blanquear el dinero del narcotráfico.
Correa nació el 9 de marzo de 1995 en La Granada. Su desenfado con la pelota cuando no superaba el metro de estatura le valió un prematuro desarraigo. A los 10 años emigró de ese barrio para recalar en River. A los 15 llegó a San Lorenzo. Cuando no había debutado en el club del Bajo Flores Diego Simeone envió un representante del Atlético de Madrid a seguirlo. Pagaron 10 millones de euros por el 60 por ciento del pase.

Comida a cambio del pase

En 2007 por pedido de Marcela Martínez, la madre de Correa, Lapiana se convirtió en su manager. Le pagaba la madre del jugador un dinero a cambio del 100 por ciento de los derechos federativos del chico. En su oficina están los recibos firmados de los $ 2000 que le daba por entonces. Semanalmente le mandaba cajones de verdura y de pollo para una familia que, según dijo el cazatalentos, estaba cansada de comer pan y tomar mate cocido como única dieta.
En 2012 lo cedió a San Lorenzo reteniendo el 30 por ciento del pase. Para entonces Lapiana, contó en el juzgado, le pagaba el contrato de alquiler al futbolista en un departamento de la calle Thompson, en Caballito. Lo veía dos veces por semana, conversaban y comían juntos.
Lapiana es un hombre astuto, de conversación fluida, muy conocido en el ámbito del fútbol de inferiores de Santa Fe. Actualmente es dueño de una flota de camiones en Paraguay y propietario de un edificio de departamentos a veinte cuadras del Monumento a la Bandera. En varias ocasiones estuvo preso por falsificación de moneda. A los 59 años, está imputado por asociación ilícita. El lunes pasado, los fiscales del juicio pidieron al tribunal que el representante de jugadores acusado de lavar dinero de la banda sea condenado a seis años de prisión efectiva.
El radar judicial recayó sobre Lapiana y Correa en la investigación contra Los Monos cuando Marcelo Tinelli dijo que no vendería al jugador en 2013. El juez Juan Carlos Vienna, a cargo de la instrucción de Los Monos, paró las antenas. El ruido de la declaración hizo pensar al juez que esa frase estaba, en realidad, destinada a elevar la cotización del chico de Las Flores.
Decidió entonces embargar los derechos federativos del volante por entender que las escuchas eran claras respecto a que Lapiana compartía un porcentaje del pase con Machuca, líder de Los Monos, a quien la Fiscalía pidió en el inicio del juicio condenarlo a 41 años de prisión.
Lapiana fue detenido e imputado formalmente como miembro de la banda en carácter de lavador del dinero producido ilegalmente. Tras su declaración se reforzaron las sospechas judiciales de que Los Monos y Lapiana compartían intereses en unos 120 futbolistas.
El sumariante le empezó a nombrar a jugadores de los que, en los diálogos con Monchi Cantero, aparecían como dueños de los pases. Lapiana hablaba de su actividad de cazatalentos. "Yo me levanto a la mañana, no me peino porque no tengo pelo, agarro el autito y me voy a los barrios y a los pueblos. Los sábados y domingos veo los partidos. Si me gusta un jugador lo hablo al padre para que saque el pase del club, lo llevo a los clubes de Buenos Aires, los dejo una semana para que los prueben. Si queda, me entregan el pase del club del que venía el chico y arreglo un porcentaje con el club grande. Por ahí me dan algo para los gastos. Lo hago para Lanús, para River. Por ahí algún dirigente se enamora conmigo y me pide que le lleve todos los jugadores a él. Eso es lo que pasó con Angelito en San Lorenzo", dijo.
Y en diálogo con LA NACION, agregó: "Cada vez está más complicado, porque los pibes ya no comen vidrio. Están avivados. Y antes de debutar en primera te exigen vivir en Puerto Madero".

Sicarios en la tribuna

Las sospechas de que el pase de Correa pertenecía a la familia Cantero surgieron a partir de escuchas telefónicas entre integrantes del grupo y Lapiana, representante del jugador, que firmó el 21 de septiembre de 2012 un contrato por cuatro años con San Lorenzo. Se acrecentaron cuando varios miembros de Los Monos acordaron viajar al estadio del Bajo Flores.
Fue el 11 de mayo de 2013 y San Lorenzo recibió a Boca en el Nuevo Gasómetro. Era el segundo partido de Correa con la camiseta azulgrana. El chico tuvo ese día su primera jornada gloriosa. En el minuto 59 de ese partido televisado en horario central clavó un derechazo alto que sentenció el partido. Con ese gol, San Lorenzo ganó 3 a 0.
Esa noche de sábado Monchi Cantero y sus lugartenientes Emanuel Chamorro y Mariano Salomón estuvieron en la platea. Las escuchas telefónicas revelan la euforia de los miembros de la banda y la enorme satisfacción por el desempeño de Correa. Tres horas después del final del partido, Lapiana, desde su departamento en Puerto Madero, habló por teléfono con Monchi. "Un golazo se mandó el pupilo, eh!", le dijo. "Jugó rebien", respondió Monchi, que estaba junto al jugador, en su departamento.
El narcotráfico ya había comenzado a hurgar por las grietas del negocio del fútbol unos años antes. Patricio Gorosito, quien fue condenado a 21 años de prisión por ser considerado uno de los líderes de una de las bandas más importantes que traficaba cocaína a Europa, llegó a tener 80 jugadores, ubicados en diferentes países de América del Sur.
Este hombre de 67 años, que está detenido en su casa de Arroyo Seco, confesó haber sido "testaferro" de Julio Grondona. El negocio del fútbol, según la investigación, habría sido uno de los canales por donde la plata circuló para "limpiarse".

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