jueves, 22 de marzo de 2018

LA ENFERMEDAD CRÓNICA LLAMADA "MAL HISPANICUS"

ATLÉTICO

Apuntes sobre la Caja Negra

El Club Atlético de Madrid, como organización, es un claro ejemplo de Caja Negra. Se desconoce prácticamente todo lo que ocurre allí dentro.
La Caja Negra es un concepto de la Teoría de Sistemas, muy utilizado en disciplinas científicas, en el que un elemento sólo se define por cómo interacciona con su entorno. Es decir, son conocidas las entradas y las salidas pero se desconoce lo que ocurre dentro y también por qué sucede. El Club Atlético de Madrid, como organización, es un claro ejemplo de Caja Negra.
La institución colchonera conoció en junio de 2017 la decisión final del TAS que ratificaba la sanción impuesta al Club y por la que se le impedía realizar fichajes en la siguiente ventana estival. La sanción era conocida de antes, de hecho ya se había cumplido parte de la misma, pero en las oficinas, lo que quiera que sea eso, parecían ser optimistas respecto a la decisión del tribunal de arbitraje. La dirección deportiva, lo que quiera que sea eso también, había incluso iniciado los trámites para cerrar la configuración de la plantilla futura pero esa “inesperada” decisión provocó un cambio de planes. Un contratiempo del que, al igual que ocurre con la sanción original, nadie se ha responsabilizado todavía desde dentro del Club.
Conocidas las malas noticias, se cumplieron las previsiones. El Club cerró las salidas (tan sólo Kranevitter, con el que no se contaba, abandonó el equipo por traspaso), se recuperó a Vietto, se quedaron los jugadores cuestionados (Gaitán, Gameiro,…) y se confió en los jóvenes sobre los que se especulaba su cesión (Lucas y Thomas). Con todos ellos se pudo formar una plantilla de 22 jugadores, si incluimos en ella al tercer portero. Filipe Luis no tenía un relevo natural pero parecía que Lucas podría jugar ahí circunstancialmente. Faltaba algún interior, pero Correa o Griezmann habían jugado ya en esa posición. No era lo ideal pero había que tirar con lo que había hasta el final de año.
El 1 de marzo de 2018, cumplida la sanción FIFA y cerrado definitivamente el último mercado de fichajes, parecería que el equipo estaba ya en disposición de haber equilibrado el desvío deportivo que arrastraba desde el verano pasado pero nada más lejos de la realidad. Es cierto que se habían incorporado los dos nombres cerrados meses antes (Diego Costa y Vitolo) pero por el camino habían desaparecido cinco jugadores (Moyá, Augusto, Vietto, Carrasco y Gaitán)El balance era desolador. Si Oblak sufría cualquier contratiempo la portería quedaría en manos de un muchacho sin experiencia al que nadie conocía. El déficit de interiores, recuperado con la llegada de Vitolo, quedaba incluso peor que antes, después de esa extrañísima operación que llevó a Gaitán y Carrasco, dos jugadores internacionales, al equipo chino de Wanda. Con la desgraciada (pero siempre posible) lesión de Filipe Luis, la plantilla del Atleti se ha quedado en sólo 16 jugadores de campoHay 3 delanteros centros puros pero ningún lateral izquierdo. Hay 4 medio centros y un solo centrocampista con desborde. Cuatro centrales de nivel y ningún mediapunta.
¿Qué ha pasado? Algunos medios de comunicación, conscientes del perfil de su público y ansiosos de carnaza con la que subir el share o poder alimentar a sus ávidos devoradores de clicks, se han lanzado rápidamente a disparar sobre la figura de Simeone. Me parece un planteamiento erróneo (y tremendamente ruin) tratándose de una organización en la que la planificación deportiva y el presupuesto no están, al menos aparentemente, en manos del entrenador. Ya, pero podría haberse negado a que ocurriera, dirán los más convencidos de la religión anti-cholista. ¿Podría haberse negado?, pregunto yo. ¿Quién lo sabe?
¿Quién decide estas cosas en el Atlético de Madrid? Es difícil saberlo. Si usted hace el ejercicio de viajar a la web oficial del Club, verá que allí se publica un organigrama de la estructura organizativa pero que en él no aparece un solo nombre. Se puede ver que existe un responsable del área de fútbol, del que depende la Dirección Deportiva, la Gestión Administrativa y la Academia, pero no sé sabe ni quién es esa persona, ni quiénes son sus subordinados, ni cuáles son las funciones de cada uno ellos. Si nos fiamos de la prensa, parece que Andrea Berta es el Director Deportivo actual. ¿Es él el responsable real de la planificación? ¿Debemos entender, según el organigrama, que tiene un jefe por encima dirigiendo la sección de fútbol? ¿Quién es? ¿Qué misión tiene?
Pero es más. ¿Cuáles son las motivaciones por las que se mueve el Director Deportivo? ¿Quién las marca? ¿Dónde está el ideólogo? Lo digo porque dejar una plantilla en cuadro durante el periodo más crítico de la temporada no parece que tenga una motivación muy deportiva. En ese sentido parecería mucho más sensato dejar todo como estaba. ¿Por qué no se hizo?
Con un curioso sentido de la visión empresarial, el contratiempo del TAS coincidió con un apresurado traslado al nuevo estadio y con el capricho de modificar unilateralmente el símbolo más evidente del Atlético de Madrid. Decisiones todas ellas que podemos ver y tocar, que traerán consecuencias, pero de las que desconocemos su verdadera razón. Bloqueado el acceso a la información real de la Caja Negra, las interpretamos en base al rumor, la deducción imaginativa o lo que cuentan los profesionales de las cenas de trabajo.
Es fácil intuir la importante deuda que ha dejado la mudanza al Wanda Metropolitano, pero a falta de información, tanto la forma de pagarla como el efecto real que puede tener en el día a día, son sólo objeto de especulación. Es lo que ocurre al aplicar la Ley del Silencio.
Deportivamente el equipo solventó la eventualidad de la falta de renovación en la plantilla con bastante dignidad pero una pájara en Azerbaiyán lo condenó a abandonar la Champions League antes de tiempo. No parece algo muy positivo, pero se desconoce el verdadero efecto económico que algo así pudo tener en la planificación del Club. Se desconoce si era (o no) una contingencia prevista y aprovisionada, se desconoce si se ha trazado un plan de acción consistente para suplirlo, se desconoce por qué se hizo una ampliación de capital en noviembre del año pasado, se desconoce la razón por la que ese emporio chino que da nombre al nuevo estadio ha vendido todas sus participaciones a un nuevo agente (Quantum Pacific, del empresario israelí Idan Ofer) y se desconoce prácticamente todo lo que ocurre allí dentro, más allá de las entradas y de las salidas.
No es descabellado pensar, como apuntan algunas voces, que la situación económica sea límite y que el inconcebible recorte de plantilla responda a una especie de alivio desesperado. Esa idea vendría reforzada por ciertas informaciones que revelan una renegociación apresurada de los plazos y los términos de la deuda del Club. ¿Es eso lo que explica todo? ¿Tiene sentido estar en esa situación? ¿Tiene alguien alguna responsabilidad? ¿Estaba contemplada? ¿Existe algún plan creíble para el futuro? ¿Hay otras opciones previstas o se trata simplemente de mantenerse a flote tirando de improvisación?
Buenas preguntas que nos seguiremos haciendo mientras los notarios de la realidad estén más preocupados de vender a Griezmann o de buscar arrugas en el traje de Simeone que de mancharse las manos buscando respuestas en las alcantarillas de la realidad. Mientras la gestión del Atlético de Madrid siga siendo asumida por todos como una impenetrable Caja Negra.Ennio Sotanaz

No hay comentarios:

Publicar un comentario