Alfredo Relaño
La Comisión Europea ha alertado sobre financiación pública encubierta
en los casos de Valencia, Hércules y Elche. No hace mucho pidió
informes sobre la última operación del Madrid, a cuenta de las
compensaciones tremendas del Ayuntamiento por el terrenillo de Las
Tablas. Igual podría haberse interesado por la deuda que al Atlético se
le ha permitido acumular con Hacienda o por tantas regalías que
organismos públicos han tenido con el fútbol aquí y allá. Estamos dando
el cante. Ya lo dijo no hace mucho Hoeness en Alemania y nos sentó mal
por el tono borde que empleó, pero es lo que hay.
Ahora que se enfrentan los dos primeros de la clase de España y Alemania, la diferencia de presupuestos es llamativa: entre el Madrid y el Barça suman 975 millones, entre el Bayern y el Borussia se quedan en 563. Los precios de las entradas en Madrid y en Barcelona serán más del doble que los de esos mismos partidos en Dortmund y en Múnich. Por supuesto, los jugadores mejor pagados son los de aquí. Curioso si se piensa que de los dos países España es el pobre, el devastado por el paro, mientras que Alemania es el país rico, el de Angela Merkel sentada encima de la caja y con la llave apretada en la mano.
Políticos, banqueros, ciudadanos en general perdemos fácilmente la cabeza por el fútbol. En plena crisis el Athletic está haciendo un estadio nuevo, junto al anterior; el Valencia sigue jugando en Mestalla, tan a gusto, pero después de haber enterrado un dineral en un fallido campo nuevo; Laporta elaboró un plan para remodelar el Camp Nou, el Atlético se irá a la Peineta, se supone que con o sin JJOO, y Florentino prepara una remodelación exterior del Bernabéu, un puro gasto suntuario en pirotecnia electoral. Todo en este país es pobre menos el fútbol. Para eso nunca nos falta dinero... Todavía.
Ahora que se enfrentan los dos primeros de la clase de España y Alemania, la diferencia de presupuestos es llamativa: entre el Madrid y el Barça suman 975 millones, entre el Bayern y el Borussia se quedan en 563. Los precios de las entradas en Madrid y en Barcelona serán más del doble que los de esos mismos partidos en Dortmund y en Múnich. Por supuesto, los jugadores mejor pagados son los de aquí. Curioso si se piensa que de los dos países España es el pobre, el devastado por el paro, mientras que Alemania es el país rico, el de Angela Merkel sentada encima de la caja y con la llave apretada en la mano.
Políticos, banqueros, ciudadanos en general perdemos fácilmente la cabeza por el fútbol. En plena crisis el Athletic está haciendo un estadio nuevo, junto al anterior; el Valencia sigue jugando en Mestalla, tan a gusto, pero después de haber enterrado un dineral en un fallido campo nuevo; Laporta elaboró un plan para remodelar el Camp Nou, el Atlético se irá a la Peineta, se supone que con o sin JJOO, y Florentino prepara una remodelación exterior del Bernabéu, un puro gasto suntuario en pirotecnia electoral. Todo en este país es pobre menos el fútbol. Para eso nunca nos falta dinero... Todavía.
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