domingo, 21 de abril de 2013


¿Del Bosque fue una vez  de izquierdas?

El seleccionador, como Valdano, se niega a aparecer en el primer libro que rinde tributo a los pocos futbolistas capaces de significarse. "Los jugadores no sacan ningún beneficio al hablar de política", explica su autor

ALFREDO VARONA Madrid.
Portada del libro 'Futbolistas de izquierdas'.

Portada del libro 'Futbolistas de izquierdas'.

"Los futbolistas no sacan ningún beneficio al hablar de política", explica Quique Peinado, un periodista que, pese a todo, se ha atrevido a escribir un libro, Futbolistas de izquierdas (Léeme Editorial), que, según El Gran Wyoming, "rinde tributo a los pocos jugadores que se significaron, es decir, que un día dijeron lo que pensaban". En realidad, ese tipo de futbolistas siempre han sido excepcionales. Peinado, que ha trabajado durante años esta historia, está en condiciones de asegurar, incluso, que "en los vestuarios apenas se habla de política a no ser que sean temas muy menores". Quizá porque ya no es como en la década de los setenta. "Ahora, cada futbolista viene de un sitio. Antes compartían más cosas". Como cuando aparecieron jugadores como Vicente Del Bosque que, en aquel vestuario del Madrid de los setenta, aceptaba su proximidad con el PSOE. Y no sólo eso. También llegó a ayudar con camisetas y balones en varias huelgas de trabajadores, que aprovechaban para rifar todo ese material.
Sin embargo, ahora Del Bosque, como seleccionador, se ha negado a aparecer en este libro. El autor siguió los pasos indicados. "Traté de ponerme en contacto con él a través de la Jefa de Prensa de la Federación Española de Fútbol". Pero el seleccionador se negó como antes se había negado Jorge Valdano, que siempre se ha declarado como "un humanista de izquierdas". Sin embargo, ante la petición de Peinado, Valdano explicó que "no le apetecía aparecer" nada más iniciarse el libro. "Eso sí, me dijo que me ayudaría en todo lo que necesitase". El caso es que al autor le extrañó como también le extrañó la negativa de Pablo Infante, aquel futbolista del Mirandés que el año pasado revolucionó con sus goles la Copa del Rey. "No hace mucho, Pablo había dicho en una entrevista que 'todos los futbolistas de Segunda B son de izquierdas". Por eso traté de hablar con él a través de una amiga común, pero la respuesta fue que no quería, que era imposible". De alguna manera estas negativas, como la de Oleguer, quebraron una de las ideas primogénitas del libro. "Mi propósito era el de hablar con todos los personajes que apareciesen".

"Hacer uso de la libertad"

Aparentemente, tampoco era un objetivo difícil, porque Del Bosque, Valdano o el mismo Pablo Infante pertenecen a ese grupo de gentes que, según El Gran Wyoming, en el fútbol se cuentan con los dedos de una mano: "Por raro que parezca, hay personas que aman la libertad y no se quedan ahí: hacen uso de ella". Por lo tanto, el libro de Enrique Peinado, el primero que se escribe con estas características, ¿no era un altavoz idóneo? De hecho, cualquiera de estos personajes se adaptan a las características que explica Alberto Garzón, diputado por Izquierda Plural: "Está claro que, desde el punto de vista teórico, no hay nada que ver en que se pueda practicar un deporte y a la vez se tenga un compromiso ideológico. Nada hay en la pelota de fútbol que convierta al futbolista en un conservador".
Enrique Peinado, sin embargo, trata de entender casos como el de Del Bosque. "No mucho tiempo antes Del Bosque había dicho que los catalanes tienen derecho a decidir su independencia y se armó un revuelo enorme que, incluso, fue llevado al Congreso por los diputados de CIU. Así que tal vez fuese normal". Pero aun así su idea, que se desarrolló en dos tandas ("empecé en 2009 y lo dejé porque me quedé sin editorial"), ha cumplido con el propósito establecido: "Todo arrancó con una entrevista de Enric González a Cristiano Lucarrelli, un futbolista del Livorno en la que se anunciaba como un hombre de izquierdas. La leí y me gustó tanto que pensé que se podía hacer un libro acerca de eso". Peinado, incluso, viajó a Livorno para hablar con Lucarrelli, el goleador de los humildes, y conseguir una apasionante entrevista. "Otros futbolistas se compran Ferraris o yates", explicó. "Yo me compré la camiseta del Livorno".
También mandó un email a otro futbolista famosísimo y declarado hombre de izquierdas como el brasileño Socrates que, a diferencia de Del Bosque o Valdano, le contestó afirmativamente. "El problema es que entonces el libro se paró". Años después, cuando Peinado ya tenía editorial y hubiese podido hablar con él, se encontró con un problema sin solución: "Socrátes acababa de morir". Quizá por eso la portada le rinde culto a él, un maravilloso futbolista válido para encabezar "una historia muy trabajada" por parte de un periodista que, sin embargo, no quiere llevar a equívocos: "Yo no digo que haya más futbolistas de izquierdas que de derechas. No lo he dicho nunca ni lo he escrito en el libro. Yo, simplemente, me he dedicado a buscar historias de futbolistas de izquierdas". Y entonces ha encontrado a jugadores que hicieron oposición a Margaret Thatcher, a Pinochet..., en fin que aquí de lo último que se trata es de contar el libro.

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