lunes, 14 de marzo de 2016

Nadal, ¿denunciar o no denunciar?

El tenista, que sufrió en su estreno en Indian Wells ante Muller (6-2, 2-6 y 6-4, en dos horas y 11 minutos) y ahora se medirá a Verdasco, afronta la disyuntiva jurídica tras la acusación de la exministra BachelotOtro

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Harto, hastiado, cansado de las acusaciones, de las sátiras y de la rumorología, de estar en el objetivo y ser señalado cuando nunca –tras 15 años de carrera y más de 400 controles– ha saltado el chivato antidopaje, Rafael Nadal clama por su honestidad y su inocencia. “He trabajado muy duro durante toda mi carrera para tener el palmarés que tengo, así que es hora de que me hagan justicia. Estoy cansado de todo esto. Yo quiero justicia”, expresaba el tenista desde Indian Wells, poco antes de estrenarse (6-2, 2-6 y 6-4 ante Gilles Muller) en un torneo que ha quedado relegado a un segundo plano por la confesión de Maria Sharapova y la inculpación de la exministra francesa Jocelyn Bachelot sobre el campeón español.
dPretende Nadal aparcar el asunto, centrarse en la pista y en la recuperación de su antiguo cordaje, en los entrenamientos y los detalles técnicos que le ayuden a emerger de nuevo. Ahora, sin embargo, el presente le empuja hacia otro lado, a simultanear un intento de resurrección deportiva con un dilema jurídico. Porque ahora, aunque su entrenador y su círculo anticipen que no dejarán a Bachelot irse de rositas y que acudirán a los tribunales, él y su entorno se enfrentan a una encrucijada: la de limpiar su nombre, denuncia mediante, o evitar la vía de los juzgados.
En este contexto, aparecen los interrogantes. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde debería ejercer el de Manacor su legítima defensa? O, tal vez, ¿debería no llevarla a cabo? “Debe, lo primero, tomárselo con calma, porque el proceso puede ser largo”, responde el español Gerardo Viada, letrado especializado en casos de este tipo, pero acostumbrado a defenderlos desde el otro lado de la barrera, en lo que atañe a periodistas culpabilizados por intromisión en la intimidad, el honor y la propia imagen [Ley Orgánica 1/1982 en España], cuestión que ahora afecta a Nadal.
Preguntado por este periódico, el abogado explica que en el caso de seguir adelante, el deportista “debe optar por la demanda civil, que requeriría de un periodo de tiempo más prolongado, y no por la penal, puesto que la acusación de esta mujer ya no se juzga por un delito como tal, ya que las injurias y las calumnias están ya casi despenalizadas”. Incide Viada en que, en el caso de apostar por esa vía civil, Nadal tendría todas las de ganar, porque Bachelot no ha ofrecido prueba alguna y no puede demostrar veracidad en lo que dice.

Lo ideal, precisa el jurista, “sería que Rafa ejecutase la denuncia en España. Puede hacerlo donde quiera, en un juzgado de Manacor, Madrid o París, pero el marco legal no le obliga a hacerlo en Francia; la competencia es del tribunal del domicilio del demandante. De hecho, si lo hiciera aquí la obligaría a litigar aquí, a someterse a la jurisdicción española, a buscar y contratar un abogado español…”. De momento, la intención del deportista es clara y plantea una acción judicial contra Bachelot. Su tío y preparador, Toni, adelantó que el tema está ya en manos de sus abogados y
 su entorno aseguró a este periódico que no aceptará más especulaciones –"se acabó la barra libre"–.“Lo que dijo, y cómo lo dijo, no fue una opinión, sino información”, indica; “y cuando dices algo así, de esa forma y señalando a una persona, tienes que aportar algo, un escrito o una evidencia clara, de que lo que dices es cierto. No puedes inventarte la información y en este caso no hay un soporte jurídico que sostenga lo que dijo, así que ha lesionado el honor de Nadal, por mucho que luego matizase sus declaraciones yse ciñera a que ella expresó lo que había escuchado en boca de otros deportistas y había leído en los medios de comunicación”.
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