domingo, 10 de septiembre de 2017

LOS GITANOS NO PUEDEN JUGAR AL AJEDREZ...


Un escándalo empaña la Copa del Mundo de ajedrez

Anton Kovalyov, ucraniano de nacimiento y ex representante olímpico argentino, abandonó el torneo que se juega en Georgia al denunciar un episodio de racismo.
Un escándalo empaña la Copa del Mundo de ajedrez
Anton Kovalyov (derecha) escucha la agresión de Zurab Azmaiparashvili en la Copa del Mundo.Maria Emelianova / www.chess.com

Para que el mundo del ajedrez haya dejado en segundo plano la tremenda paliza que sufrió el noruego Magnus Carlsen frente al chino Bu Xiangzhi, quien lo demolió con negras en 36 movidas con un sacrificio espectacular, algo serio tuvo que haber pasado en la Copa del Mundo de ajedrez, que se disputa en Tbilisi, Georgia. Y claro que sucedió algo grave. Un escándalo de proporciones, en realidad, ya que Anton Kovalyov abandonó la competencia por haber sufrido un ataque racista de parte de un responsable del torneo. Y todo había empezado, encima, porque este nacido en Ucrania, ex representante olímpico para Argentina y ahora canadiense, usaba bermudas...
Kovalyov (ELO 2649) había protagonizado batacazos en la Copa, disputada por 128 jugadores a eliminación directa, al vencer en la primera ronda al estadounidense Varuzhan Akobian (2662) y en la segunda al indio Viswanathan Anand (2794), ex campeón mundial y séptimo del ranking. Le tocaba jugar contra el israelí Maxim Rodsthein (2695), pero cuando llegó a la sala de juego se llevó una sorpresa.
Con la mochila en la espalda y las mismas bermudas holgadas con las que había jugado dos rondas, Kovalyov escuchó de parte del árbitro Tomasz Delega que no podría competir esta vez con esas bermudas por no respetar el código de vestimenta del torneo, algo que no le habían dicho jamás en las rondas previas. De todas maneras, lo único que pide la FIDE es que los ajedrecistas “se preocupen por su apariencia personal porque la imagen debe ser digna y vestirse adecuadamente muestra respeto hacia el juego y los sponsors”. Todo muy vago.
Un escándalo empaña la Copa del Mundo de ajedrez
Anton Kovalyov se retira de la sala de juego y abandona el torneo.Amruta Mokal / @chessbaseindia
Entonces se aproximó el georgiano Zurab Azmaiparashvili, presidente de la Unión Europea de Ajedrez, se produjo un altercado y Kovalyov se fue del hotel y del torneo en señal de repudio. Todos pensaron que el ridículo “Bermudas-gate” había desembocado en esa acción, pero cuando Kovalyov escribió en su cuenta de Facebook, se inició el escándalo.
“El asunto no fueron los shorts sino cómo me trataron. Zurab fue muy agresivo, me gritó y usó el vulgar 'gitano' como un insulto, además de repetirme que la FIDE me sancionaría. Intenté no hacer nada estúpido y le pregunté por qué era tan rudo y me dijo que porque yo soy gitano. El organizador me hizo 'bullying', me amenazó, me gritó y me insultó racialmente. ¿Qué harían en esa situación? Muchos lo hubieran golpeado en la cara o insultado. Yo decidí irme”, contó Kovalyov.
“No traje pantalones porque subí unos kilos y me van apretados. Si me hubieran advertido, habría ido a comprarme unos al shopping. Pero fui tratado como basura. Elegí irme antes de hacer algo estúpido. No apelaré. Me disgusta este tipo de personas. No quiero el dinero. Me vuelvo a casa”, cerró.
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Para Kovalyov, su casa desde hace ocho años es Canadá, país al que representa desde que emigró hacia allá desde Argentina, cansado del destrato al que lo sometieron las ex autoridades de la Federación Argentina de Ajedrez, también denunciado en su momento por los mejores jugadores nacionales. Además, la familia había sufrido el "corralito" y episodios de inseguridad.
Anton había llegado al país en 2000 junto a sus padres, Sergey y Tatiana, y a su hermano Sergei, con quienes se alojó en una pensión de Once. Su talento lo llevó a ser representante argentino en la Olimpíada de Dresden 2008, cuando era maestro internacional y en el tercer tablero logró 5 puntos (3 victorias, 4 tablas y 2 derrotas) en 9 partidas.
Y así la Copa del Mundo de ajedrez se manchó con un escándalo racista justo el mismo día en que a Carlsen, el campeón mundial, lo bailaban sobre el tablero.

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