Madureira, el equipo del Che Guevara
Por Guillermo Tagliaferri
El club carioca de la Tercera División brasileña lleva en su camiseta la imagen del revolucionario argentino. Empezó como un homenaje por una gira que realizó el equipo por Cuba, pero se transformó en un boom del marketing.
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La imagen más conocida del rostro de Ernesto Che Guevara,
retratada por Alberto Korda, es un ícono mundial: se repite en remeras,
posters, gorras, banderas y paredes en cualquier rincón del planeta.
Madureira FC, club carioca fundado el 8 de agosto de 1914 en el barrio
del mismo nombre, decidió estampar esa figura del revolucionario
argentino en sus camisetas: en una color granate y en otro modelo con la
bandera cubana de fondo. Y esas casacas, presentadas oficialmente en
octubre pasado en un evento bautizado "Hasta la Victoria Siempre",
pronto alcanzó récords de ventas en las casas deportivas brasileñas y en
la tienda oficial del club. El modelo tradicional de Madureira vendía apenas unas pocas decenas por mes; con la cara del Che la cifra se multiplicó por miles. "La fábrica no puede seguir el ritmo de la demanda", reveló Elías Duba, presidente del club.
La idea para diseñar esta revolucionaria indumentaria nació como homenaje por los 50 años de una gira que realizó Madureira, que actualmente milita en la Serie C (Tercera División) de Brasil, por diversas naciones americanas en 1963. Ese periplo incluyó cinco partidos en Cuba -todos triunfos de los brasileños-, y además el plantel de Madureira tuvo contacto directo con el Che Guevara, entonces Ministro de Industria de Cuba. Las estadísticas testimonian que Madureira derrotó en tieras cubanas a Industriales 5 a 2; a Municipalidad de Morrón 8 a 1; al seleccionado universitario 11 a 1 y a la selección de La Habana 1 a 0 y 3 a 2.
“El Che Guevara tenía uniforme verde oliva, vino a saludarnos al campo de juego después de uno de los partidos. También vino a hablar al hotel, nos dio escudos de Cuba, parecía un hombre íntegro”, rememoró Farah, una de las figuras de aquel Madureira de comienzos de la década del 60.
Conocido como el Tricolor Suburbano, por los colores granas, azul y amarillo de su escudo y su camiseta, Madureira -donde llegó a jugar el mítico Didí, el creador de la Folha Seca) viene alternando su vida futbolística entre los torneos cariocas (conquistó la Copa Rio en 2006 y 2011) y las divisiones chicas del ascenso nacional, ascendiendo desde la Serie D, donde salió subcampeón, a la C en 2010. Su estadio, llamado Aniceto Moscoso -el hombre que donó el terreno para construirlo- está ubicado en el barrio Madureira y tiene capacidad para 10.000 espectadores. Y ahora causa sensación no tanto por sus resultados en las canchas sino por las remeras con esa imagen que ya es un símbolo internacional. Y que tiene raíces en Rosario.
La idea para diseñar esta revolucionaria indumentaria nació como homenaje por los 50 años de una gira que realizó Madureira, que actualmente milita en la Serie C (Tercera División) de Brasil, por diversas naciones americanas en 1963. Ese periplo incluyó cinco partidos en Cuba -todos triunfos de los brasileños-, y además el plantel de Madureira tuvo contacto directo con el Che Guevara, entonces Ministro de Industria de Cuba. Las estadísticas testimonian que Madureira derrotó en tieras cubanas a Industriales 5 a 2; a Municipalidad de Morrón 8 a 1; al seleccionado universitario 11 a 1 y a la selección de La Habana 1 a 0 y 3 a 2.
“El Che Guevara tenía uniforme verde oliva, vino a saludarnos al campo de juego después de uno de los partidos. También vino a hablar al hotel, nos dio escudos de Cuba, parecía un hombre íntegro”, rememoró Farah, una de las figuras de aquel Madureira de comienzos de la década del 60.
Conocido como el Tricolor Suburbano, por los colores granas, azul y amarillo de su escudo y su camiseta, Madureira -donde llegó a jugar el mítico Didí, el creador de la Folha Seca) viene alternando su vida futbolística entre los torneos cariocas (conquistó la Copa Rio en 2006 y 2011) y las divisiones chicas del ascenso nacional, ascendiendo desde la Serie D, donde salió subcampeón, a la C en 2010. Su estadio, llamado Aniceto Moscoso -el hombre que donó el terreno para construirlo- está ubicado en el barrio Madureira y tiene capacidad para 10.000 espectadores. Y ahora causa sensación no tanto por sus resultados en las canchas sino por las remeras con esa imagen que ya es un símbolo internacional. Y que tiene raíces en Rosario.
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