domingo, 15 de noviembre de 2015

La peculiar visión del Financial Times sobre el Atlético de Madrid

Articulo del Financial Times sobre el Atlético de Madrid (FT - FT)

“Justo antes de que el autobús del Atlético de Madrid llegue al estadio para un partido, el conductor siempre pone la misma canción: “Thunderstruck”, de la banda de hard-rock australiana AC / DC. Los jugadores cantan la letra. (...) Pasión atronadora, o eso es lo que los fans del Atleti dicen de su equipo, es lo que permite que este club de barrio poco glamuroso compita con los mejores del mundo. Fernando Torres, hincha y jugador del Atlético, lo resumió: “Tienes que estar más concentrado en cada partido, cada minuto, porque no tienes la misma calidad que en otras platillas que pueden pagar 23 jugadores que ganan cuatro millones limpios. No es fácil pero se puede ganar, a nuestra manera”.
Así comienza el extenso reportaje que ‘Financial Times’, publicación nada obsesiva con el deporte, le dedica este fin de semana al Atlético de Madrid en el que repasa el momento actual del cuadro colchonero y en el que se pregunta si puede competir como club global. No tiene desperdicio el artículo que aquí pueden leer, porque deja un buen dechado de perlas dignas de un auténtico hombre blanco, un colonizador del siglo XVIII que visita las colonias y se encuentra con la población indígena.
Y la respuesta que se da el propio diario británico es que sí, que lo está intentando y para ello el club se ha “reinventado” con otras fórmulas de financiación y resonancia de marca. “El año pasado, el Atleti llegó a la final de la Champions League, pináculo del fútbol europeo de clubes, contra sus vecinos del Real Madrid. Pero ahora, el segundo club madrileño tiene la esperanza de establecerse en la cumbre del fútbol basándose en algo más que un trueno (referencia a la canción Thunderstruck). El Atlético está en una búsqueda para aprovechar los recursos del mundo sin dejar lugar a dudas qué es el Atlético. Un club hogareño que quiere ser global”, señala la publicación en su edición de fin de semana.
La información está firmada por Simon Kuper, escritor y columnista del rotativo, que ha hablado con Fernando Torres, Yannick Carrasco o Miguel Ángel Gil Marin, consejero delegado del Atlético. “Fundado en 1903, el Atlético juega en el estadio Calderón junto al río Manzanares, a las afueras del centro de Madrid - el final desaliñado de una ciudad desaliñada-. Cuando los fans se reúnen cerca del Calderón antes del saque inicial, se parece a un público Inglés de cerca de 1990: beben cerveza en las calles, hay explosión de fuegos artificiales y coches mal aparcados. Incluso la entrada VIP está en un túnel de la autopista. El Atlético se define a sí mismo a través del contraste con el increíblemente glamuroso Real Madrid, y esta fealdad urbana contribuye a lo que en marketing ejecutivo llamarían la marca del club, o lo que los fans Atleti llaman su “alma””, señala el artículo.
“Gil Marin parece todo lo contrario a su padre”
El artículo incide quizás más de lo necesario en lo que a modo de ver del periodista inglés no está acorde con su baremo de modernidad o estética. El texto recuerda que la era moderna comienza con Jesús Gil, al que llama “gritón” y del que recuerda episodios de una España muy antigua, con asuntos inmobiliarios, Telecinco y el jacuzzi, Marbella.... “La historia moderna del Atlético comienza con el gordo y gritón promotor inmobiliario Jesús Gil. Él se ganó fama nacional en 1969, cuando uno de sus edificios se derrumbó en Segovia, matando a 58 personas. (No se había molestado en emplear topógrafos o arquitectos o para los planos). Él pasó 18 meses en la cárcel antes de que el general Franco lo perdonase. En 1987 Gil se convirtió en presidente del Atlético. Desde entonces y hasta su entierro en 2004, en un ataúd envuelto en una bandera del Atlético, siu figura a menudo se alzaba más grande que el propio club. Gil pontificaba en la televisión sobre conspiraciones contra el Atleti mientras se sentaba en un jacuzzi en medio de mujeres en bikini. Se especializó en la ‘administración’ del racismo, la homofobia y el saqueo. Después de muchos contratiempos legales en más de una década como alcalde de Marbella, en el 2002 se le prohibió ejercer cargos públicos durante 28 años. Él y el entonces vicepresidente del Atlético, Enrique Cerezo, también fueron declarados culpables de haber malversado sus 236,056 acciones en el club. Sin embargo, la Corte Suprema posteriormente los absolvió. El estatuto de limitaciones pasó, y se les permitió mantener las acciones”, ilustra el texto antes de presentar al actual máximo responsable del Atlético, Miguel Ángel Gil Marin, del que dice: “El presidente ejecutivo del Atlético es el hijo de Gil, Miguel Ángel Gil Marín. Tranquilo, educado y vestido con un traje limpio, parece todo lo contrario de su padre”.
“Conocer el vestuario es lo más importante acerca de un club de fútbol y para saber cómo la gente siente el fútbol: con pasión e irracionalidad”, explica el consejero delegado que reconoce que trabajar con la “personalidad fuerte” que tenía su padre podía ser complicado. “Como un empleado, no es fácil trabajar para este tipo de personalidad, porque a menudo no escuchan. Yo creo que puede ser como trabajar para gente como [Silvio] Berlusconi o [Roman] Abramovich “.
“A mediados de la década de 1990, Miguel ya trabajaba con eficacia en el Atlético. Aún así, cuando ganó la Liga y la Copa española en 1996, fue Jesús quien desfiló por Madrid en un elefante. Cuatro años más tarde, mientras que Jesús era suspendido en el fútbol, ​​el Atleti descendió a Segunda división. Pocos aficionados se desanimaron porque si el Real se asocia a ganar, el Atléti tiene un cierto orgullo en perder. El apodo del club, “El Pupas””, prosigue.
El consejero delegado dice que no realiza algunas prácticas que en España eran más comunes en los vestuarios. “No voy a los vestuarios ni antes ni después de los partidos, porque cuando tu corazón es el que manda no eres bueno en la toma de decisiones. Veo al día siguiente en la televisión el partido. Es la mejor manera de comprobar el rendimiento del equipo, la forma en que cada jugador juega, las decisiones del entrenador, cuando tu corazón está tranquilo. Si no, voy a hacer exactamente lo mismo que un fan, simplemente ver los goles “, sentencia.
Simon Kuper habla de la deuda con Hacienda, del plan del Atlético para solventarlo y de que en los momentos más complicados “se tuvo que meter en la cama con los agentes”, en referencia clara a Jorge Mendes, del que el propio Gil Marin señala: “Él ofrece a sus jugadores a todos los clubes, ese es su trabajo. Estoy feliz de estar cerca de Jorge porque ayuda al Atlético ofreciendo buenos jugadores y participación en el mercado cuando el Atlético decide vender algunos de ellos”, señaló antes de aclarar que en la actualidad sólo hay tres jugadores en la plantilla que lleve el portugués.
Torres, Simeone y los ‘cojones’
Posteriormente se centra en los jugadores y en Simeone. Torres le contó su vida como rojiblanco. “Cuando yo era un niño yo sólo quería jugar para el Atlético de Madrid”, dice Torres. “Un partido en [la] primera división era suficiente para mí. Todos los partidos después de eso son un regalo (...) El Atlético me dio siete años de mi carrera, algunos de los mejores de mi vida. Pero tenía que irme y fue la decisión más difícil de mi vida. En los primeros años después de irme no podía ver los partidos del equipo, me sentía culpable”, relata.
El periodista parece lamentarse de la mucha influencia que tiene en el día a día Simeone. Tras recordar, como buen británico la expulsión de B eckham en el Mundial a manos de “una astucia” del argentino, señala que Gil Marin no estaba convencido de su fichaje “por lo que había hecho en Italia y Argentina -“la información no era buena en ambos casos”, dice el consejero deleado, pero “se arriesgó”.
“Hoy en día la realidad es que Simeone hizo al Atlético grande. Esta historia tiene agujeros. Las charlas de fútbol tienden a exagerar el papel del entrenador. Él es la cara del club, el tipo que explica en las conferencias de prensa posteriores al partido por qué su equipo gana o pierde, y se le atribuyen poderes sobrenaturales. En el caso de Simeone, el efecto es mayor. Durante los partidos del Atlético, tus ojos son fácilmente atraídos por la figura erguida, tensa en la banda, vestida de pies a cabeza de negro formal, como el dueño de un club nocturno o el diablo en una canción de Frank Zappa. A veces mueve sus brazos para despertar a los aficionados del Atleti. Eso podría ayudar un poco. Pero la principal explicación para el culto a la personalidad alrededor de Simeone es que encarna los valores del club. Su apodo es “El Cholo” y el estilo del Atleti está ahora a menudo descrito como “cholismo”.
Esto significa esencialmente todo el equipo que juega con la ‘agresividad’ de Simeone. Al entrenador le gusta decir que sus jugadores deben ser “hombres”. Cuando le pregunté al joven extremo belga del Atlético Yannick Ferreira Carrasco lo que esto significaba exactamente, explicó: “La gente que tiene sus cojones en el lugar correcto”.
El ‘cuchitril’ de entrenamiento
“El campo de entrenamiento del Atlético está fuera de Madrid, a pocos minutos en coche de La Finca, la exclusiva urbanización donde jugadores del Atlético y del Real Madrid viven felices como vecinos. En el campo de entrenamiento, dos coches aparcados al lado del otro forman una especie de exposición de etapas de la vida del futbolista. La primera etapa (que refleja primer sueldo): un Ferrari gris. La segunda etapa (una vez la paternidad llega, por lo general en los veinte años de un jugador): un Range Rover negro”, prosigue.
“En el campo de entrenamiento, los jugadores de Atlético se mueven tal y como Carrasco había descrito, con Simeone gritando banalidades: “¡Vaya! ¡Eso es bueno! Vamos a jugar! “Las palabras no son el objetivo. Más bien, su presencia amenazante, proclamada en ese acento argentino inconfundible, es un recordatorio para mantenerse en movimiento”, explica el periodista.
“Si usted está conduciendo, no sé, un Seat Ibiza, y está en la misma carrera con un Ferrari y un Porsche, tienes que hacerlo perfecto para competir. Real Madrid y Barcelona tienen 300 millones más para gastar cada año. Una mejor infraestructura, mejores instalaciones de entrenamiento “- hace un gesto alrededor de la choza cuchitril del campo de entrenamiento, donde estamos hablando -” mejores contratos para los jugadores. Así que ¿cómo se puede competir contra ellos? Tienes que estar más concentrado en cada partido”, explica Fernando Torres intentando que el periodista comprenda cómo es el Atlético y no se quede en todas impresiones superficiales que parece haber sacado de su visita a Madrid.
“En 2013-2014, el Cholismo produce la mejor temporada del Atlético en 111 años. Ganaron la liga española (la primera brecha en el duopolio Madrid-Barça en una década), y luego, en la final de la Liga de Campeones en Lisboa, entraron en el tiempo de descuento con un 1-0”, ilustra para preguntarle a Torres, que según él “vivía un momento miserable en el Chelsea”, si fue agridulce. -“Nunca sentí celos”, responde. “Estaba muy nervioso. Como un aficionado. Si Atlético ganaba, mi equipo iba a ganar la Liga de Campeones. ¿Qué más puedes pedir? Era tan, tan difícil de ganar. Y fue muy difícil de manejar cuando [Sergio] Ramos anotó. Me fui de la habitación porque sabía qué iba a suceder. Fue tan doloroso. El fútbol es hermoso por este tipo de cosas...”- se lamenta el Niño.
El futuro del club
“Gil está tratando de asegurarse de que pueden (seguir siendo grandes). Su proyecto se asemeja a lo que muchos clubes ingleses hicieron en la década de 1990: encontrar inversores extranjeros, construir un nuevo estadio, y en general aumentar los ingresos. No es de extrañar que haya buscado el asesoramiento de Peter Kenyon, que es sinónimo de comercialización del fútbol en Inglaterra. La búsqueda del Atlético de fondos de inversión es global. En enero Wang Jianlin, el hombre más rico de China según la revista Forbes, presidente del grupo inmobiliario Dalian Wanda y un fanático del fútbol, ​​compró el 20 por ciento del Atlético de € 45m. El régimen desagradable de Azerbaiyán paga por poner “Azerbaiyán - Tierra de Fuego” en las camisetas del equipo. Y el Atlético se ha unido con los inversores de la India para crear el Atlético de Calcuta, vigente campeón de la India”, prosigue el artículo.
“Una tarde lluviosa en Madrid, un funcionario del club me condujo fuera de la ciudad para visitar el futuro estadio del Atlético. Ahora es todavía un esqueleto gris, en un bulevar de sueños rotos: el sitio donde se pleneó la Villa Olímpica de Madrid. El Atlético se trasladará aquí en 2017. El estadio tendrá 70.000 asientos (15.000 más que en el Calderón) y costará alrededor de 220 millones. La construcción de un estadio grande es algo que muchos clubes hacen en un arranque de orgullo durante los buenos tiempos. Madrid puede no resultar lo suficientemente rico para financiar dos grandes clubes. Sin embargo, el Atlético puede hacer un caso plausible. El nuevo estadio, a diferencia del Calderón, tendrá un montón de aparcamientos; tendrá restaurantes y bares para que los fans gasten su dinero; y 7.500 asientos VIP muy lucrativos”, sentencia.
“Aún así, el traslado es desgarrador. Un día, el feo Calderón podría ser recordado como el día en el que el club perdió su casa. El desafío del Atlético, según un trabajador del club dice, es “transferir nuestra alma” para el nuevo estadio. “Vamos a perder algo”, admite otro trabajador, “pero vamos a ganar mucho”, explica.
Finalmente, señala que el nuevo acuerdo de financiación por derechos de televisión ayudará sobre manera al Atlético. “Anteriormente, los clubes más pequeños consiguieron una doceava parte de los ingresos de televisión del Real y el Barça. Ahora la relación es de 1 a 4,5, y el próximo año será de 1 a 3,5. Los ingresos de televisión del Atlético deben pasar de los 41 millones de la temporada pasada a cerca de los 95 millones el próximo año”, finaliza.

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