domingo, 8 de mayo de 2016

EL "PATATA" ES UN CHANTA PROTEGIDO POR MESSI

Los enredos de Martino

 
Mauro con Wanda y su hija Francesca.  Foto: Twitter
No le salieron bien las cosas en su experiencia barcelonesa a Gerardo Martino , pero en algo fue todo un campeón: en una España seducida y espantada a la vez por la verborragia sin fin de los amigos del sur, en un Barcelona que aún recordaba la exuberancia menottista, el hoy técnico de la selección fue un gran embajador, medido, conciso, dispuesto a responder todo lo que se le preguntara.
Hizo un esfuerzo Martino por adaptarse, y fuera de lo futbolístico sólo tropezó en forma importante un par de veces: cuando dijo que se lo trataba de manera diferente por no ser catalán ni holandés (estaba en lo cierto) y cuando quiso bromear con un periodista de innegables tendencias expansivas y le preguntó en una conferencia de prensa si era "un barrabrava". Fue uno de esos momentos "Lost in Translation" tan frecuentes en el ida y vuelta hispano-argentino. Lo que nosotros entendemos de una manera, ellos lo entienden de otra. El periodista se sintió tratado de delincuente (hay que admitir que estaba también en lo cierto), y sólo en el final, en el adiós de Martino, una charla contribuyó a despejar la tensión.
Ya en la Argentina, Martino dejó de lado el "Perdidos en Tokio" de Scarlett Johansson y activó una película de los '80: "Los enredos de Wanda". Las declaraciones que Martino hizo hace unos días a Télam son para leer y releer en la esperanza de que se esté leyendo mal, de que no sean ciertas: "Lo mío siempre es blanco o negro, y con algunos golpes aprendí a tener pequeños grises, pero en el tema Icardi todos saben lo que está bien y lo que está mal, empezando por los periodistas. El problema es que la prensa quiere que diga lo que en realidad ellos también piensan, y yo aspiro a que sea al revés. Pero acá está todo claro".
¿Todo claro? Más bien lo contrario. Si Mauro Icardi está vetado para la selección por haberle quitado la mujer a otro futbolista, Martino debería decirlo, aunque cabe incluso la posibilidad de que Wanda Nara lo haya decidido solita, sin que nadie le quite nada a nadie. Si no se trata de una cuestión de los tan famosos como oscuros códigos, lo mejor también sería decirlo. Ser claro.
Cuenta Martino que saliendo del predio de Ezeiza se encontró con empleados de Cresta Roja protestando. Uno de ellos le gritó "cambiá el sistema", reclamo que le dispara al seleccionador un análisis que firmaría Cristina Fernández de Kirchner: "Eso lo mencionó porque lo leyó en los diarios".
Quizá sea una subestimación del conocimiento futbolero de muchos argentinos.
Aguantarse las críticas y hablar sólo de lo necesario es con frecuencia un buen camino. Lo probó Martino en 2013 y 2014 en Barcelona, donde sentó en el banco a un referente como Xavi Hernández, que desde dentro del plantel lo criticaba y filtraba esas críticas a los medios. Martino aguantó. Aquel desafío era infinitamente más complejo que ver qué hacer hoy con un muy buen delantero al que su perfil farandulero le marcará por siempre la carrera, pero que tiene juventud y eso que a la selección le falta con frecuencia: gol..

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