CINE › MUJERES CON PELOTAS, DE GENTILE Y BALANOVSKY
Víctimas de una doble discriminación
Por Diego Brodersen
Que
el fútbol es cosa de hombres es algo discutible, pero al mismo tiempo
difícil de discutir. Particularmente en un país como el nuestro, donde
atávicos mandatos patriarcales y machistas siguen imperando a pesar de
los cambios sociales de las últimas décadas. Y en el que a un hombre al
cual no le gusta o interesa el fútbol se lo mira con algo de sospecha,
casi igual que a una mujer dispuesta a conversar sobre los asuntos del
balompié en pie de igualdad. Y ni hablar de una fémina que lo practique
como deporte. En Mujeres con pelotas, el documental del argentino
Gabriel Balanovsky y la estadounidense Ginger Gentile, se discute y
mucho sobre esas y otras cuestiones: del fútbol como pasión, como
práctica deportiva, como lugar de inclusión y contención, como ámbito
donde darle batalla a los prejuicios y estereotipos de género. Tal vez
lo más valioso del film sean, precisamente, sus claras intenciones por
darle visibilidad a algo tan cercano pero que, sin embargo, permanece
oculto, casi invisible para una mayoría.
Si bien Mujeres con pelotas (evidente y localista juego de palabras
que tiene una profunda razón de ser) recorre diferentes ámbitos,
estratos sociales y estructuras deportivas, el corazón del film parece
descansar en el equipo de la Villa 31 de Retiro, Las aliadas, a quienes
la cámara y el montaje vuelven una y otra vez. Tal vez porque esas
jugadoras amateurs son víctimas de una doble discriminación: además de
patear la pelota incansablemente las chicas son villeras. En la
descripción de su esfuerzo, tesón y esperanza, acompañadas por la
obcecada pasión de su entrenadora, Mónica Santino –tal vez el mayor
referente del fútbol femenino en el país, a su vez una de las
protagonistas hace más de diez años de otro documental, Lesbianas de
Buenos Aires, de Santiago García–, la película encuentra un núcleo desde
el cual abrirse hacia otras historias y experiencias. Desfilan así
futbolistas de los escasos equipos semiprofesionales del país (Boca,
Estudiantes de La Plata), la dueña de una escuela de fútbol llamada A lo
femenino, dirigentes deportivos y periodistas especializados como
Víctor Hugo Morales y Gastón Recondo.Es una verdadera pena que los realizadores no hayan encontrado un soporte formal interesante sobre el cual construir el relato: Mujeres con pelotas se parece demasiado a un extenso informe televisivo. Lo de extenso no es precisamente un defecto, más bien todo lo contrario: difícilmente un programa de tevé disfrute de 75 minutos para profundizar sobre un tema. Pero el estandarizado formato de entrevistas a cámara alternado con fragmentos ilustrativos le juega en contra, achatando los logros del trabajo de investigación y seguimiento. Quedan en la memoria las historias de vida, la improbabilidad de una profesionalización del fútbol femenino en el futuro inmediato, el deseo de Mónica Santino de crear el primer club exclusivamente femenino, la alegría de un viaje al extranjero para competir en un torneo de fútbol “social”. Y, por cierto, la estupidez al desnudo de algunos prejuicios, como la canonización de la jugadora de fútbol como marimacho, en palabras textuales de uno de los entrevistados. Aunque, al respecto, cabría preguntarles a los realizadores si decidieron omitir la condición de lesbiana de Santino porque no tenía ninguna relevancia en el contexto del film o bien por miedo a contribuir indirectamente con la continuidad de ese estereotipo.
5-MUJERES CON PELOTAS
Argentina, 2014
Dirección: Ginger Gentile y Gabriel Balanovsky.
Fotografía: Ginger Gentile y Virginia Rojas.
Duración: 75 minutos.
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