viernes, 23 de mayo de 2014

    Roncagliolo: 'En democracia el fútbol sirve para denunciar'

    Santiago Roncagliolo (1975), el escritor peruano reconocido por novelas de humor como Pudor, Memorias de una dama y Óscar y las mujeres, y de suspenso como Tan cerca de la vida y Abril rojo, ha vuelto a las andadas con su protagonista, el fiscal Félix Chacaltana, quien se enfrenta a una nueva serie de crímenes en plena dictadura y con la Operación Cóndor de telón de fondo.
     
    Roncagliolo, que ha publicado crónicas periodísticas sobre dos fascinantes personajes latinoamericanos como el terrorista Abimael Guzmán (La cuarta espada) y el poeta camaleónico Enrique Amorim (El amante uruguayo), nos presenta La pena máxima; un thriller absorbente en el que la política, el fútbol, la lucha por sobrevivir y la muerte se entrelazan con ritmo vibrante.
     
    Perú se esfuerza por salir de la oscuridad de la dictadura militar con la celebración de las primeras elecciones democráticas en mucho tiempo. Mientras en Argentina se juega el Mundial de Fútbol de 1978 en plena dictadura de Jorge Videla y la Operación Cóndor sobrevuela todo el continente sudamericano buscando a insurgentes y a la oposición que quiere más libertad.
    También parece que ha llegado el momento del cambio para el fiscal Félix Chacaltana, quien se debate entre la obediencia a una madre dominante y su amor por Cecilia, entre el reparo a salir de la protección que supone una vida ordenada y monótona, llena de reglas y procedimientos, y la lealtad a su amigo Joaquín.
    En la pena máxima el escritor limeño lleva a Chacaltana a descubrir hasta dónde están dispuestas a llegar algunas personas para defender sus ideales y cómo, en realidad, en el juego de la vida lo peor no es sufrir una falta sino tener que ejecutarla. Esto puede transformarte para siempre.
    EurolatinpressCultura conversó con el escritor y periodista peruano en Madrid
    -El fiscal Chacaltana es un hombre que quiere ser honrado y cumplir su trabajo pero vive alrededor de gente que no piensa igual que él, ¿cuanto tienes de Félix?
    Todos somos Chacaltana. Todos nos sentimos inocentes ante el horror. Leemos historias sobre los desaparecidos en Argentina o el robo de niños en España y nos preguntamos ¿Por qué alguien haría eso? Nos sentimos demasiado candorosos. Félix se aferra a su legalismo porque sólo quiere hacer las cosas bien. Quiere creer en la gente, en el sistema. Pero se asoma al infierno.
    -Sin duda, es difícil tomar partido durante una dictadura y denunciar las violaciones a los DD.HH por lo que implica personalmente,  ¿Félix Chacaltana es cómplice del silencio de la época?
    Félix trata de no luchar. Lo único que quiere es cerrar su expediente. Pero la realidad le estalla en la cara. Perú no tuvo una dictadura sangrienta como las de Chile o Argentina. Pero cuando tu vecino es un asesino y no haces nada, terminas convirtiéndote en cómplice.
    -¿Por qué escribir una novela que fusiona la dictadura y la operación Cóndor con el fútbol?
    Porque coincidieron. Los militares argentinos querían evitar actividades de montoneros en el exterior durante el mundial del 78. Y los militares peruanos tenían unas elecciones. Permitieron a los de Videla perseguir, torturar y desaparecer montoneros en nuestro territorio, con tal que sólo se tratase de ciudadanos argentinos. Y a cambio, los argentinos se llevaron a algunos peruanos incómodos a un centro de detención en Jujuy.
    - ¿De que manera el fútbol puede considerarse el opio del pueblo?
    No tiene que serlo. De hecho, en Brasil, el Mundial está destapando todas las carencias y contradicciones del país. Los manifestantes lo van a usar para poner en la agenda sus reivindicaciones. En una democracia, el fútbol también sirve para denunciar.
    - En Argentina el mundial de 1978 no se critica mucho. En ese sentido me parece que a muchos argentinos les importaba más ganar un mundial que denunciar las violaciones de los DD.HH. ¿Cómo podemos explicar este fenómeno humano?
    No creo que sean contradictorias. Yo creo que Argentina ganó ese mundial porque tenía un equipazo, un Kempes en estado de gracia, un Menotti en su mejor momento, una hinchada entregada. Ahora, sin duda, la dictadura quiso utilizar el mundial. Hay un libro muy bueno al respecto de Ricardo Gotta, "Fuimos campeones". Pero la dictadura no le dio la copa a Argentina, sólo se la ensució. Hasta en eso fallaron.
    -Es interesante que en Brasil, un país muy futbolero, las protestas contra el gasto millonario que se ha realizado para organizar este evento han ido creciendo y la gente no lo ve con buenos ojos el mundial, ¿crees que la población brasileña o latinoamericana tiene una visión más crítica frente a sus gobiernos y no transa más que les mientan o estafen?
    Por supuesto. Por suerte. Eso demuestra que somos democracias. En las Olimpiadas de Pekín o las de Invierno de Sochi ¿tú viste a la gente protestar?
    -¿Ves una novela interesante sobre la corrupción que se vive en este país justo en esta cita mundial?
    Vi hace poco a Paulo Lins, el autor de Cidade de Deus, diciendo que la gente quería menos estadios y más colegios. Menos aeropuertos y más hospitales. Agua corriente. Yo leería cualquier cosa que él escriba.
    -Como periodista, ¿cuál es tu opinión sobre el 6-0 que Argentina le metió a Perú en 1978?¿hay indicios de que hubo arreglo?¿Siempre se culpó a Quiroga, que era argentino nacionalizado, de no atajar bien?
    No creo que haya hecho falta ningún arreglo. El equipo peruano estaba agotado, desmoralizado y descalificado. Argentina se jugaba el pase a final. No hace falta decir más.
    -¿Crees que Perú como país ha hecho un análisis crítico de su participación en la Operación Cóndor?
    No. Pero tampoco fue un trauma nacional comparado con el que vendría después. Las fuerzas armadas se brutalizaron en los ochenta, con Sendero Luminoso. Y en ese tema, creo que Perú está llevando un proceso muy sano. Hay esfuerzos de memoria y reparación  de los errores del Estado. Argentina también lo han hecho con su propio pasado oscuro, incluso con el de España. Creo que Sudamérica es muy ejemplar en este aspecto.
    -Si bien Chile y Perú son países hermanos, siempre ha habido un resquemor por la guerra del Pacífico, ¿es posible superar ese hecho histórico? ¿Estabas a favor de que Perú pidiera una delimitación marítima en la frontera?
    Creo que todo salió bien por ambas partes. Perú ganó una reivindicación histórica. Y Chile ganó mucha credibilidad. Todos sus líderes aceptaron el fallo y mostraron una gran elegancia y seriedad. En cierto sentido, Chile ha ganado aún más que Perú.
    -¿Quién será campeón en el mundial de Brasil?, ¿cuáles son tus candidatos?
    Soy un pésimo analista, porque soy un hincha solidario. Me gustan los equipos pequeños. Me encantaría una final entre Australia y Colombia.

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