FÚTBOL: EMOCIONES COMO MERCANCÍA
Por Cristóbal
González*
En el mundo del mercado casi todo es
considerado mercancia. ¿Por qué no las emociones? Eso se debieron preguntar los
de la Federacion Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) hace años. Y la
respuesta no se hizo esperar: "He venido a vender un producto llamado fútbol"
dijo Havelange en 1974. Lo que no explicó, porque no quiso o no entendía, es que
lo que vendía era una gigantesca audiencia cautiva que soltaba todas sus
emociones al grito de gol.
En efecto, lo que compra quien invierte en
publicidad para sus ofertas es audiencia cautiva. Que con más emociones y más
fuertes crece y le cuesta más al inversor, pero este logra también mayores
beneficios.
Los adeptos de esta que parece una nueva
religión, con dioses como Maradona, realizan su gran concilio cada cuatro años.
Ahora le corresponde a Brasil, donde los rituales sagrados empezarán el 12 de
junio con el partido Brasil- Croacia.
Mientras tanto, cada partido de los domingos y
entre semana sirve para ir aumentando la expectativa hacia la congregación anual
de los fieles y para vender productos, bienes y servicios autorizados por la
FIFA, que obtiene millonarias ganancias en dólares y euros por firmar para que
utilicen su marca.
La FIFA nació en París, en 1904. Sus
fundadores seguramente no se imaginaron el negocio grande que sería el fútbol.
El asunto, sin embargo, quedó despejado cuando en 1974 Havelange llegó
advirtiendo que iba a vender fútbol. Hoy la organización vincula a más de 200
países, más que la Cruz Roja, la ONU, la Unesco y otras. Y se calcula que da
trabajo a unos 450 millones de personas en el orbe. Por otra parte, administra
cerca de 4.000 millones de dólares y mueve alrededor de 250.000 millones
anualmente en hoteles, compañías áreas, de turismo, transferencias de jugadores,
vestimenta, abogados y un largo etcétera.
Todos los días su presidente negocia, discute
y firma con reyes, magnates, grandes empresarios y figuras de la farándula,
multimillonarios contratos en nombre del fútbol.
El mismo Havelange lo confirmó en Nueva York
en 1995, ante destacados hombres de negocios: "Puedo afirmar que el movimiento
financiero del fútbol en el mundo alcanza actualmente la suma de 225 mil
millones de dólares". Compárese con los 136 mil millones facturados ese año por
la General Motors, que figuraba a la cabeza de las grandes corporaciones.Y
advirtió Havelange además: "El fútbol es un producto comercial que debe venderse
lo más sabiamente posible, cuidando mucho el envoltorio". Por eso tal vez sus
operaciones se encubren como altruistas, con sublimes propósitos sociales y
culturales. (Eduardo Galeano, El fútbol a sol y sombra).
En este marco, tampoco hay que asombrarse
cuando se sabe que los grandes clubes profesionales del mundo son propiedad de
grandes corporaciones industriales o financieras. Es fácil conseguir la lista
larga de empresas propietarias de clubes, que en esta nota corta no
cabe.
A esa inmensa red de negocios habría que
agregar lo que se mueve en cada país sede de los mundiales, que origina, según
denuncias, todo un tramado de corrupción. Ahora mismo en Brasil se han
invertido, de acuerdo con fuentes gubernamentales, 12.000 millones de dólares en
obras para el mundial. Y observadores independientes advierten notables atrasos
en la ejecución de las mismas. Se deben - dicen ellos- a una
estrategia que consiste en retardar los trabajos alegando dificultades y
equivocaciones a la hora de presupuestar, para exigir sumas adicionales de
dinero sin las cuales - alegan los contratistas- no podrían terminar a tiempo. Y
las instituciones que contratan, apuradas por cumplir los compromisos
internacionales adquiridos, que involucran la seriedad del Gobierno, ceden a
esas presiones desembolsando más dinero del erario público.
A quienes asistan a los partidos dentro de los
estadios, el mundial de la FIFA los tentará a consumir la oferta de las marcas
patrocinadoras como Coca Cola y McDonald’s, además de fiesta,
pasión, sentimientos nacionalistas y, sobre todo, privilegios, dados los
altos precios de las entradas. Se estima como precio promedio 159 dólares por
partido y hasta 830 para la final en el sector VIP del estadio. Sin
contabilizar la propia especulación y el mercado negro que acompañan siempre
este tipo de eventos.
Los fondos de inversión, uno de los mejores
negocios del capitalismo en su fase actual, también han metido su mano en el
fútbol. Se están convirtiendo en la única salida para que los clubes endeudados,
que no disponen de liquidez, puedan fichar jugadores de élite para reforzar sus
plantillas.
Los clubes españoles, por ejemplo, con una
deuda que supera los 3.600 millones de euros, 700 de los cuales con Hacienda,
están obligados a buscar fuentes de financiación alternativas para poder
financiar tanto los fichajes de las grandes estrellas de la liga como las
majestuosas instalaciones deportivas. (Aritz Calvo, portal Amanece Metrópolis,
datos siguientes)
Recurrir a los fondos de inversión para
financiar fichajes es una práctica que nace en Latinoamerica. Países como
Argentina tienen una regulación muy avanzada al respecto, con registros de
representantes e inversores.
Los fondos funcionan prestando dinero a los
equipos y quedándose con los derechos económicos de jugadores de gran
proyección. Cuando éstos son traspasados cobran plusvalías
millonarias.
Operaciones como las de Falcao son las que
interesan en este negocio. Sacan tajada todos: los jugadores, al agente, al
equipo que vende y los fondos. Por ejemplo, si el club no tiene dinero, acude a
Doyen que le financia la compra del colombiano a cambio de quedarse con el 33%
de sus derechos económicos. Se le pone una cláusula de rescisión elevada, juega
tres temporadas, se revaloriza y, cuando se traspasa, el club que no podía
ficharlo hasta consigue un buen beneficio. Esto no sería posible sin la
existencia de un socio inversor.
Veamos otro aspecto del negocio, con un
ejemplo más local. Una de las selecciones que mencionan los expertos para una
buena clasificación en Brasil es la colombiana, que recibiría de la FIFA unos
24.500 millones de pesos, de los cuales 3.700 millones para tiquetes en clase
ejecutiva, hospedaje y desplazamiento y 20.700 para jugar en la primera ronda,
según Camilo Hurtado en el portal Kienyke (el cambio está a 2.000 pesos por un
dólar).
"Conseguido el objetivo, los futbolistas
(todos los que fueron convocados durante el proceso) se repartirían una torta
millonaria cercana a los 4.5 millones de dólares, que se dividirá de acuerdo con
el número de convocatorias; por otra parte el cuerpo técnico y sus ayudantes
tendría 3.500 millones para compartir", dice el periodista.
Además, las grandes marcas han logrado buenos
rendimientos patrocinando al equipo. En 1987 solo tenía un patrocinador y hoy
tiene ocho marcas nacionales e internacionales, lo que indica que los beneficios
son tentadores. La selección ha recibido de sus patrocinadores unos 43.700
millones de pesos.
Adidas tiene un convenio con la Federación
hasta el año 2022; seguirá vistiendo a la selección durante los siguientes nueve
años en Copa América, fechas FIFA y las eliminatorias de Rusia 2018 y Catar
2022.
Los equipos de fútbol firman contratos
de exclusividad con grandes marcas como Nike, Adidas o Puma para sus
indumentarias deportivas. Pero los guayos son uno de los pocos elementos con los
que los jugadores pueden negociar un acuerdo contractual para beneficiarse
económicamente. Solo en derechos de imagen, la multinacional Puma le estaría
pagando al ‘Tigre’ Falcao la no despreciable suma de 8.000 millones de pesos al
año por calzar los últimos modelos y salir en cada uno de los comerciales. Según
la página especializada en deportes Goal.com, cerca del 50 por ciento de los
integrantes de la Selección Colombia tienen contrato con las compañías
mencionadas.
El dinero no se recibe simplemente de
patrocinios. Los productos oficiales que viene desarrollando la Federación
Colombiana de Fútbol para todos los fanáticos y seguidores de la selección le
suministran una entrada más.
Desde el 2013 por ejemplo están en venta en
los principales almacenes de cadena del país los cuadernos de la Selección
Colombia. Fue un convenio realizado entre la FCF y la empresa Carvajal con su
marca Norma. También se ofrecen tulas, morrales y cartucheras
oficiales.
La marca Corona fabrica mugs según una alianza
con la Federaciòn; se adquieren en Homecenter (patrocinador) o en los
principales almacenes de cadena del país.
También la Federación lanzó el nuevo producto
oficial Café Devotion. Producto ciento por ciento nacional, según sus
fabricantes, y pieza de exportación en los próximos meses.
Firmas internacionales de lujo igualmente quieren
bailar la fiesta. Tissot, marca reconocida de relojes suizos, puso en
circulación una colección en honor al combinado patrio, a 3.190 millones de
pesos cada uno, con los colores de la bandera.
Pero, además, miremos cuanto vale la selección
colombiana: 550.260 millones de pesos. Figura entre las diez más costosas del
mundo. Y así cada uno de los jugadores, desde el delantero Falcao García (Mónaco
de Francia), cuyo pase vale 150.384 millones de pesos y James Rodríguez (tambièn
del Mónaco) 80.190 millones de pesos, y de ahí para abajo.
Además de las emociones del fútbol ¿habrá
otras por comercializar?. Seguramente, pero todavía no sabemos sus precios y
condiciones de compra-venta. "Y como vamos vamos bien", decía un borracho
al policía que lo llevaba detenido para la comisaría.
*Periodista y profesor universitario
No hay comentarios:
Publicar un comentario