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El Athletic, Carolina Marín y el periodismo presuntamente deportivo

Hubo un tiempo en que algunos espacios deportivos eran caladeros en donde los responsables de programas informativos acudían a pescar profesionales. Informar sobre deportes parece que ayuda a ser más desenvuelto, que encorseta menos y permite a quienes se dedican e ello adquirir una frescura y una desenvoltura que se convierte en un plus cuando se aplica a dar cuenta de un acontecimiento político o cultural. Casos como los de Olga Viza, Matías Prats o Vicente Vallés así parecen refrendarlo.
El problema está cuando se confunde desenvoltura con desparpajo o frescura con agresividad y falta de miramientos. En ese caso te pueden salir personajes comoEduardo Inda que, para quien no lo sepa, fue director del diario “Marca” ¿De verdad no es posible ofrecer una información deportiva, como, por ejemplo hacen las revistas “Líbero” o “Panenka“, más decente, más digna, menos barriobajera o superficial?
¿Para cuándo la desaparición de los canutazos callejeros insustanciales ofrecidos como si fueran sesudos estudios de opinión? ¿para cuándo meterle micro a un deportista solo en el caso de que realmente tenga algo que decir? ¿para cuándo seguir un informativo en radio o televisión sin miedo a que, cuando menos te lo esperes pasen, sin anestesia y con alevosía, de una información sobre la detención de un corrupto o un maltratador, por ejemplo, al número de partidos que se va a perder un señorito millonario de veinte años que ha tenido el pobre la enorme desgracia de sufrir un esguince de tobillo?


Me gusta el deporte y me gusta que me informen sobre él. Pero con la manera de abordarlo, lo único que consiguen es que me abalance sobre la radio o sobre el mando a distancia de la tele apenas me invaden con ese overbooking de programas presuntamente dedicados al deporte y que hablan de todo menos de deporte.
¡Ay, José María García, cuánto daño le hiciste a este oficio!
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