Pero lo que no me deja ser muy optimista es la imposibilidad de horas de ensayo que tienen los entrenadores. Hay futbolistas que van a llegar sobre la hora, van a tener unos pocos días para entrenarse y ya van a tener que salir a la cancha. No me imagino en una gran obra de teatro que el actor llegue y a los cuatro días tenga que debutar haciendo Hamlet.
Por más que ya hayan jugado juntos los futbolistas de algunas selecciones, es totalmente distinto preparar el torneo así a cuando uno arranca tiempo antes a entrenar a los jugadores. Messi sale de una final en Europa y tiene que jugar ahora de otra manera y con otros compañeros. James Rodríguez es un gran futbolista, pero viene de jugar en diez posiciones diferentes en Real Madrid. No va a encontrar el funcionamiento en el primer entrenamiento.
Lamentablemente estas son las reglas del juego. No creo que le hayan preguntado a ningún futbolista cómo se siente si le toca jugar la final de la Champions, tomarse un avión al día siguiente y a los pocos días tener que jugar. Son las cosas que demuestran no entender absolutamente nada del respeto que hay que tener por los escenarios, por el juego.
Se hace todo al revés. Y sólo importa el negocio. El negocio es que la Argentina juegue un partido en Washington. ¿Pero por qué no juega en Rosario? ¿O en Córdoba? Sería muy interesante que la selección argentina juegue contra una selección rosarina y que los futbolistas donen el premio a un hospital. ¿Por qué no lo hacen? Porque se muere el mundo de los negocios. La AFA ha vendido la selección argentina en millones de dólares.
En este contexto, creo que el entrenador que tenga más clara la idea y los nombres de quienes son sus once jugadores va a tener más posibilidades en la Copa América. Entre los candidatos hay que contar sin dudas a Chile. No sólo por su localía, sino porque ha jugado muy bien últimamente y tiene una idea clara sobre lo que juega. Colombia tiene un equipo consolidado y Uruguay tiene historia y cada vez que compite a su manera es altamente competitivo.
Obviamente también hay que contar a la Argentina de Messi. Y el nuevo Brasil de Dunga está en la búsqueda. Le ha ido bien en algunos amistosos, pero eso no es ninguna garantía. Aunque a lo mejor lo logra porque es Brasil y es una selección de raza, con cuatro o cinco futbolistas que siempre son fuera de serie. Lo que está claro, sea cual sea el equipo, es que a los entrenadores se les va a complicar encontrar el funcionamiento.
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