viernes, 15 de abril de 2016

Seis claves de la inoportuna crisis del Barça

Los azulgranas han entrado en barrena en el peor momento de la temporada cuando parecían tener todo controlado. ¿Por qué? .


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Messi y Neymar, durante el partido contra el Atlético. Reuters / Sergio Pérez
MADRID.- Acabó una noche de pesadilla y un hombre sollozaba dentro del autobús del Barça, pegado a la ventana. Solo, Iniesta-el unico español- se limpiaba las lágrimas con los dedos mientras miraba a la nada. El manchego, que fue prácticamente el único que hizo acto de presencia en la noche del miércoles en el Calderón, simbolizó más que nadie la reacción a la debacle. El desastre azulgrana ante el Atlético certifica la crisis de un equipo que hace apenas tres semanas aventajaba en más de una decena de puntos a sus perseguidores en Liga, acababa de plantarse en cuartos de Champions y hacía ya tiempo que sabía que jugaría la final de Copa. Se le ha escapado al cuadro de Luis Enrique la opción de hacer historia, pero aún tiene en su mano alzar el doblete en España. A continuación te contamos varias de las claves de este dramático hundimiento del Barça. De la capacidad de sobreponerse a ellas o de recuperarse, depende ese doblete.
Suárez se lamenta durante el partido ante el Atlético. Reuters / Sergio Pérez

1. LA DEPENDENCIA DE LA MSN Y SU BAJÓN

Entre Messi, Luis Suárez y Neymar suman más del 79% de los goles del equipo en Liga (69 de 87) y el 77% en la Champions (17 de 22). La necesidad que el conjunto de Luis Enrique tiene de los tantos de sus tres delanteros es más que evidente. Cuando Messi se lesionó a finales de septiembre ante Las Palmas en la rodilla muchos aventuraron un bajón de los culés y nada de eso sucedió. Perdieron a la jornada siguiente en Sevilla pero ya no volvieron a dejarse ni un punto. En las cinco jornadas de Liga en las que el argentino estuvo ausente, entre el uruguayo y el brasileño anotaron todos los tantos del equipo: catorce (ocho de Neymar y seis de Suárez). Es más, los azulgranas arrollaron al Madrid en el Bernabéu (0-4) con el rosarino jugando sólo unos minutos y entre Suárez (dos), Neymar (uno) e Iniesta (uno) se sobraron para tamaña gesta.

En Europa, Messi no estuvo en tres choques que sus compañeros ganaron con dos goles del uruguayo, dos del brasileño, dos de Rakitic y uno de Sergi Roberto. El problema es que en estas últimas fechas en las que el argentino está pasando de puntillas sobre el campo,(corre un serio riesgo de ir a prision por blanqueo )sus compañeros de ataque tampoco han respondido. Desde el partido ante el Villarreal, cuando todo se empezó a torcer, Neymar marcó un tanto de penalti en El Madrigal ySuárez dos en la remontada de la ida de Champions ante el Atlético. Si ambos dieron la cara sobremanera cuando Messi estaba lesionado, no están apareciendo como el equipo lo necesita ahora que el Barça tampoco tiene los goles del argentino.

Messi, durante el partido contra el Atlético. Reuters / Juan Medina

2. LA DESAPARICIÓN DE MESSI

Desde aquella reaparición tras su lesión de rodilla, el cinco veces Balón de Oro ha marcado todos los tantos que lleva en la Liga (22), de tal manera que hasta logró su mejor inicio goleador de año hasta la fecha y a esa velocidad podía incluso superarse a sí mismo y mejorar la temporada en que logró batir el récord de Müller de goles en un año natural. Todo se vino abajo justo antes de los partidos de selecciones, en un choque para olvidar contra el Villarreal, en el que el cuadro de Luis Enrique desperdició una renta de dos goles.

Lo que se pensaba que había sido un error puntual, se convirtió en algo más a la vuelta de esa semana con los combinados nacionales con la derrota en el Camp Nou contra el Madrid. Un encuentro horrible del Barça en el que se vio al diez sin apenas entrar en juego, lo cual suele influir muy negativamente en el resto del equipo, dada su ascendencia sobre el mismo. Una visita a Italia para ver a uno de sus doctores de confianza y una noticia de la Cope este miércoles hacían pensar a algunos en problemas musculares, pero la carrera que ayer se pegó con Carrasco de campo a campo para defender parece decir todo lo contrario. Sólo él y sus más cercanos saben lo que puede pasar por su cabeza o por su cuerpo. Ante el Atlético, fue el que menos corrió del equipo, con 7.049 metros y ya suma cinco partidos sin marcar, algo inaudito desde 2010.
Rakitic, durante el partido contra el Real Madrid. Reuters / Juan Medina

3. EL ESTADO FÍSICO

Hay más de uno y de dos jugadores a los que en los últimos choques se les ve lejos de sus mejores prestaciones. Rakitic, por ejemplo, que ha sido sustituido en los últimos partidos pese a ser indiscutible. Los clubes grandes suelen hacer una buena planificación a principios de temporada para que a estas alturas, cuando los títulos se deciden, estén en perfectas condiciones para competir. No parece que sea un problema de planificación, dado que Luis Enrique es muy metódico y si el año pasado funcionó espléndidamente, ¿por qué no lo iba a hacer éste? La respuesta más válida parece estar en las menores –escasísimas- rotaciones del asturiano esta temporada. Si la campaña anterior se caracterizó por las múltiples sustituciones y variaciones –y hasta le llegaron a criticar por ello-, ésta ha sido casi todo lo contrario. Seguramente porque no tiene un plan B de jugadores de banquillo en el que confíe para dar descanso a los titulares indiscutibles. Luis Enrique ya no manda.

Arda llegó como gran fichaje y el hombre que parecía daría el impulso definitivo en enero, tras cumplirse la sanción de la FIFA, pero hasta el momento no se ha adaptado al juego de los azulgranas. Ahora se nota que fue fichado solo para quitarle un hombre de oro a Simeone. Su presencia ha sido casi testimonial y cuando ha jugado ha restado más que otra cosa. El hombre más utilizado por el entrenador ha sido Sergi Roberto, y prácticamente en todas las zonas del campo, lo que dice muy poco de muchos de sus compañeros de banquillo. Por tanto, todo atiende a razones de falta de confianza en la actual plantilla y de fallos de Luis Enrique en la confección de la misma, con los problemas que derivan, por supuesto, de la sanción de la FIFA de no poder fichar.
Piqué y Alves durante el partido contra el Atlético en el Camp Nou. Reuters / Albert Gea

4. ENDEBLEZ DEFENSIVA

La misma cantinela de todos los años. Cada vez que el Barça entra en barrena o tiene un pequeño bajón de resultados, todos miran a la retaguardia. Pero lo cierto es que el cuadro azulgrana sólo juega con un defensa y medio de garantías. La mejor versión de Alves y de Jordi Alba parece haberse perdido hace tiempo y las prestaciones de Mascherano varían según el partido. Sólo a Piqué se le suele ver a la altura, más regular. Y el mismo debate se instala todos los veranos en el Camp Nou, en su entorno y en la prensa catalana. El titular siempre es el mismo: “El Barça busca un defensa”. Y le suelen añadir la coletilla de “indiscutible”, “de campanillas”, “de los mejores del mundo”, etc. En cambio, en vez de ello, en el club se ha apostado por contratar jugadores como Mathieu, Vermaelen o Douglas y por mantener a Adriano.
Luis Enrique, durante el partido contra la Real Sociedad. REUTERS/Vincent West
Fracaso total que vive todavia de Guardiola

5. PILOTO AUTOMÁTICO

No nos engañemos. El Barça ha jugado con el piloto automático desde hace cerca de un par de meses. Ha enlazado partidos para olvidar como Málaga, Levante, Las Palmas o Atlético de Madrid en el Camp Nou con otros más brillantes como Athletic o Celta. En muchos partidos fuera de casa y en alguno en su coliseo, los azulgranas fueron al trote, como si tuvieran la intención de desgastarse lo mínimo posible. La táctica del mínimo esfuerzo. Lo llevaron a cabo con excelentes resultados, pero dejaron de competir progresivamente en todos los partidos. Ante el Arsenal en Champions firmaron un buen encuentro en ataque, pero ya en defensa fueron un coladero por las bandas y por el centro y apenas hubo mediocampo. Sin embargo, entonces los tres de arriba aún estaban enchufados. Ya ante el Villarreal, ese piloto automático se tornó insuficiente y más aún contra el Madrid la jornada siguiente. El cuadro de Luis Enrique se ha acostumbrado a no competir porque ganaba con el piloto automático y ahora que necesita competir, parece que el físico y la forma no le dan.
Busquets recoge el balón de la portería tras marcar Griezmann el segundo gol al Barça. Reuters / Juan Medina

6. HAMBRE DE TÍTULOS

Todos los puntos anteriores son válidos, pero siempre existe la duda en los deportistas de alto nivel de las exigencias que se imponen después de ganar. Y más si ganan todo, como les ocurrió la campaña anterior a los jugadores del Barça. Quizás Messi, Neymar, Suárez y compañía no tienen las mismas ganas de correr, de ganar y de competir que la temporada pasada.

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