miércoles, 20 de mayo de 2015

Selección brasileña, hipotecada

Por un millón de dólares, la Verdeamarela tiene que garantizar la presencia del “Equipo A” para juegos amistosos


Selección brasileña de fútbol. Foto: Mexsport
Selección brasileña de fútbol. Foto: Mexsport
No es un secreto que la selección brasileña de fútbol es atracción, juegue donde juegue.
Según una investigación del diario “Estado”, de Sao Paulo, de ese hecho se han beneficiado propios y extraños, hasta el punto de que la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) literalmente ha hipotecado a la “Verdeamarela” a una empresa de mercadeo hasta 2022.
“La selección brasileña es una mina de oro para empresarios y la CBF”, inicia el artículo escrito por Jamil Chade, corresponsal de “Estado” en Ginebra, quien explica que contratos secretos obtenidos por su medio revelan el gran negocio, que involucra millones de dólares en comisiones, una empresa fantasma con base en uno de los paraísos donde el Servicio de Rentas Internas no tiene alcance.
“Desde 2006, la CBF mantiene un contrato con la empresa ISE para la realización de los partidos amistosos de la selección”, indica el periodista. “El acuerdo se mantuvo en total secreto durante casi 10 años”.
Chade indica que, según los documentos obtenidos, “ISE es una empresa subsidiaria del Grupo Dallah Al Baraka, uno de los dos mayores conglomerados de Oriente Medio, con 38,000 funcionarios en el mundo”. Pero en la Isla Gran Caimán, donde tiene su dirección (sólo un PO Box) no tiene ningún empleado, ni un escritorio.
Siempre según el reportaje, con Ricardo Teixeira aún como presidente de la CBF, en noviembre de 2011 se renueva el contrato de 2006 por 10 años más. Pero Chade señala que entre 2006 y 2012, ISE sub-licenció las operaciones de los juegos amistosos de la “Verdeamarela” a la empresa Kentaro.
Lo insólito es que las empresas encargadas de los partidos amistosos de Brasil en el extranjero tienen el poder de vetar a un jugador. “Desde 2011 los aspectos deportivos fueron puestos en un segundo plano”, escribe Chade, y explica que el acuerdo secreto estipulaba que la selección que salte al campo de juego debe ser la mejor, privando la posibilidad de probar a jóvenes valores.
“La CBF garantizará y asegurará que los jugadores de Equipo A, que estén jugando en competiciones oficiales, participarán en todos y cada uno de los partidos (amistosos)”, indica el artículo 9.1 del acuerdo. Si la Federación Brasileña llegara a incumplir, el pago se cortaría a la mitad; la selección cobra por partido $1,050,000.
Según Chade, los documentos revelan que si un jugador en la lista se lesiona, la CBF tiene que probarlo con un certificado médico. “Cualquier alteración de la lista debe comunicarse a ISE por escrito y ser confirmada por mutuo acuerdo. En este caso la CBF hará lo posible para sustituir con jugadores nuevos de nivel similar, con relación al valor de mercadeo, habilidades técnicas y reputación”, especifica el acuerdo.

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